JUNIO 22

Vengan, subamos al monte del SEÑOR.... Para que nos enseñe acerca de sus caminos, y andemos en sus sendas. Isaías 2:3
Nuestro conocimiento de Cristo es algo semejante a un trepador de nuestras montañas galesas. Cuando estás al pie de ellas ves muy poco. La altura de la montaña misma parece ser la mitad de lo que realmente es. Confinado en un pequeño valle, apenas puedes descubrir algo....Subes la primera loma, y el valle se alarga y se ensancha bajo tus pies. Subes un poco más, y te deleitarás con el amplio panorama. Asciendes aún más y el paisaje se agranda, al fin, cuando estés en la cima y mires al este, al oeste, al norte y al sur, ves delante de ti a casi toda la región. Todo esto te place y te deleita, y dices: "Nunca hubiese imaginado que podrían verse tantas cosas desde esta cima" Ahora bien, la vida cristiana tiene mucho parecido. Cuando al principio creemos en Cristo, vemos sólo un poco de Él. Cuanto más alto ascendemos tanto más de sus bellezas descubrimos. Pero, quién ha alcanzado alguna vez la cumbre? ¿Quién ha conocido la altura y la profundidad de Cristo, que excede a todo conocimiento? - C.Spurgeon
Se escala al MONTE DEL SEÑOR, gradualmente por los pasos de la Oración, de la Meditación de día y de noche en Su Palabra y de la Fe en Cristo, autor y consumador de la Fe. Todo esto siempre con la ayuda del Espíritu Santo de Dios, ya que sin Su ayuda esta subida sería imposible. Es el mismo SEÑOR quien inspira nuestros pensamientos para que le amemos y le busquemos con avidez. En la medida que buscamos así al SEÑOR, el cristiano, la esposa de Cristo, va avanzando "hasta que el día es perfecto", es decir, hasta que Cristo se va formando en el creyente y se va pareciendo mas a ÉL, hasta que la imagen del SEÑOR es perfeccionada en cada uno. Hasta que, Revestidos de una nueva forma de ser. Dios los está haciendo nuevos a imagen de Aquel que los creó, hasta que lleguen al pleno conocimiento de EL.Col.3:10 Esta cima del cambio total de nuestro ser, tanto en pensamientos, palabras y acciones, es un don de Dios, es obra y creación de Él en nosotros: Somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras. Efe.2:10
En
este nivel de escalada, aquello que era prioritario, pasa a un segundo
lugar, lo que nos producía angustia, temor, depresión, es cambiado en
paz, todo aquello que amamos mas que al SEÑOR, es decir, todo ídolo del
corazón, es derribado, lo que nos distraía nos parecerá, aburrido,
incluso, los deseos impuros sexuales, las prácticas vergonzosas,
desmesuradas y pecaminosas, nos producen repugnancia, nauseas, y hasta
dolor de cabeza, algo así, como los síntomas físicos, "del Mal de
Montaña", pero que en este nivel de progreso espiritual, se convierte en
"el Bien de Montaña".
Todo orgullo, ambición y codicia son arrancados. A este nivel podemos unirnos a las vírgenes del Cantar 1:4 y decir: En pos de TI SEÑOR (no del hombre, ni de las riquezas del mundo) correremos...Nos regocijaremos y nos alegraremos en TI. Porque mejor SEÑOR, Tesoro mío, fortaleza mía, refugio mío, Esposo mío, es Tu amor y Tu Presencia, que Todo cuanto hay y ofrece el mundo. Y así, con la ayuda del SEÑOR, vamos dejando todo peso de pecado que nos asedia, Heb.12:1. Ya que, cuanto menos carga llevemos, con mayor agilidad subiremos.
Estos,
son los efectos "del Bien de Montaña", este es el bien de habitar en
las alturas por medio de la oración con Cristo, de habitar en comunión
con Cristo, en el Monte del SEÑOR, en Sión, lugar donde Dios habita (en
nuestro corazón). Allí podemos gustar y ver cuán bueno es el SEÑOR
Salm.34:8. Logramos amar a Nuestro SEÑOR y Dios con todo nuestro
corazón, nuestras fuerzas y nuestra mente, y obedecer Su Palabra, para
ser Su morada permanente: Si alguno me ama, MI PALABRA guardará. Y mi
Padre lo amará, y vendremos a él y haremos nuestra morada con ÉL.Juan
14:23.
En
esta cima, de la Presencia del SEÑOR, somos llenos de una manera tan
gloriosa e indescriptible, que alcanzamos la paz que sobrepasa Todo
entendimiento humano, y una comunión tan poderosa con Nuestro SEÑOR y
Salvador, al punto que sentimos que nuestro corazón se ensancha de gozo y
queremos permanecer así, y ni por un segundo la queremos perder. Es la
experiencia que tuvieron los discípulos en el Monte de la
Transfiguración, por lo que dijo Pedro : "SEÑOR, bueno es quedarnos
aquí....Mat. 17:4." Allí no es revelado y en verdad entendemos el
verso: Oren sin cesar. 1 Tesa.5:17 Porque el Espíritu de Dios se ha
apoderado de ti y de tus pensamientos cada segundo del día. Por todo
este bien de las alturas con Cristo, No dejemos esperando a nuestro
Amado Esposo, Salvador y Redentor. Aceptemos ya Su invitación; "Subamos
al MONTE DEL SEÑOR", y con la esposa del Cantar digamos: "Me levantaré
ahora, y andaré(en los caminos del SEÑOR, y en Su Palabra).... Buscaré
al que ama mi alma." Cant.3:2 ¡Amen!
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