JUNIO 22

"El que ama su vida la pierde; y el que aborrece su vida en este mundo, la conservará para vida eterna." Juan 12:25
Según la enseñanza del Maestro Divino, uno saca más provecho de la vida si está dispuesto a perderla. Su proposición es perder la vida para dedicarla a Él, porque perderla por su causa es salvarla. El ego y la propia voluntad deben quedar de lado. No debe importar si recibes críticas, si eres perseguido, si permaneces anónimo. Quien vive sólo para sí mismo se perderá. No debemos estar tan apegados a nuestras vidas terrenales y que estemos dispuestos a morir a para alcanzar vida eterna para nosotros y otros, tal como hizo Jesús.
La botella de alabastro debe
ser quebrada para que fluya el precioso ungüento de la bendición y su perfume
llene toda la casa, nuestro interior. El trigo debe ser molido para que sirva
para hacer el pan que alimenta a los hambrientos. La parábola de la vida es la
misma, los hombres que no han tenido un quebrantamiento ni han sufrido golpes,
no están capacitados para servir. La vida es un continuo batallar en que
el bien triunfa sobre el mal, el espíritu sobre la carne. Realmente solo
comenzamos a vivir cuando dejamos de vivir para el yo. Hay que morir al propio
deseo para empezar a vivir para Cristo. "Si el grano de trigo no cae en la
tierra y muere, queda solo; pero si muere, lleva mucho fruto" Juan 12:24
La ley del sacrificio personal
llega a ser el principio por el cual se gobierna nuestro corazón, nuestra vida
llega a ser una de bendiciones para los demás, esta es la verdadera felicidad,
servir, ser útil. Una ilustración de la utilidad que procede de los inútil, se
ven en la extracción del granito y del mármol que se usa para edificar una
casa. Los picapedreros introducen los taladros en las duras rocas y las separan
de las rocas donde han estado sin ser perturbadas. Después las cortan en
bloques, las pulen y les dan forma. Tuvieron que ser destruidas para ser
útiles. Piensa en esto, llegar a ser piedra bendita que pueda ser puesta en un
lugar en que el Creador sea glorificado, donde la Palabra sea predicada, donde
el pecador encuentre vida eterna, esperanza y salvación, donde los heridos y
afligidos hallen consuelo y paz en el corazón. "El alma que se atreve a
vivir de esta manera encuentra arroyos que fluyen de cada roca herida. El día
de la noche, la primavera del invierno, las flores de la escarcha, la alegría
de la tristeza, la fecundidad de la poda, el monte de los Olivos de Getsemaní,
la vida de la muerte. Pero a pesar de todo, nuestro objetivo debe ser que el
Padre sea glorificado." -F.B. Meyer"
El que ama su vida la pierde; y el que aborrece su vida en este mundo, la conservará para vida eterna." Lo que el SEÑOR quiere decir es: "Elige morir conmigo. Elige odiar tu vida en este mundo de la misma forma que yo elegí la cruz". Esto es lo que Jesús quiso decir cuando dijo en Mateo 16:24: "Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, y tome su cruz, y sígame". Nos llama a elegir la cruz. SEÑOR Jesús, durante treinta y tres años fuiste una semilla viva, un germen solitario, caído en el lado perdido de este mundo. Estuviste rodeado de malezas salidas del suelo fértil del mal y la necesidad. Te despreciaron, tus amigos te negaron, la soberbia te insultó, hasta que al fin lo terrible sucedió: Tener que morir, y en el sepulcro de piedra por tres días dormir. ¡Sueño divino, breve, para el Varón de Dolores, experimentado en quebrantos! Eras semilla del cielo. Moriste para que de ti se levantará alta y bien arraigada la flor carmesí para salvación de la humanidad! - D.A.