JUNIO 22

08.10.2023

Y Eliseo dijo: ¿En qué te puedo ayudar? Dime qué es lo que tienes en casa. La viuda dijo: "tu sierva no tiene en casa más que una vasija de aceite". 2 Reyes 4:2

Los acontecimientos de la vida del profeta Eliseo se parecen más a los de la vida de Cristo que de cualquier otro del Antiguo Testamento. Eliseo representó el ministerio de Jesucristo en su mansedumbre, benignidad y gracia; y muchos de sus hermosos milagros son claramente paralelos a los milagros de nuestro SEÑOR. Tenemos, en el caso de esta pobre viuda, un ejemplo de gran necesidad. Estaba endeudada y amenazada por los acreedores, en soledad, angustia y total impotencia. No tenía a nadie a quien acudir excepto a Dios. Representa el peor y más indefenso estado en el que se puede encontrar un hijo de Dios. Pero tal situación es a menudo la mayor bendición que podemos recibir, porque nos hace acudir a Dios y nos obliga a confiar en la suficiencia total de Su gracia.

Casi todos los grandes ejemplos de fe y gracia victoriosa que encontramos en las Escrituras surgieron de situaciones extremas y angustiantes. Dios ama los lugares difíciles y la Fe suele nacer del extremo y el peligro. Fue así como Jacob fue transformado de Jacob en Israel en el conflicto de Peniel. Fue así que Israel despertó para reclamar la gran redención de la esclavitud de Egipto, cuando Faraón duplicó su trabajo. Fue así que David aprendió a conocer a su Dios y pudo testificar: "Tú has conocido mi alma en adversidad". Salmo 31:7 No nos desanimemos por las dificultades, ni las consideremos siempre como desgracias; sino más bien las debemos recibir como desafíos a nuestra Fe y oportunidades que nos da nuestro Dios para demostrar que no hay nada demasiado difícil para Él. Luc.1:37

"Tu sierva no tiene nada más que una vasija de aceite". A ella eso le parecía nada y, sin embargo, contenía la satisfacción de todas sus necesidades. A Dios le encanta utilizar todos los recursos que ya nos ha dado. Así como un maestro obrero puede hacer un gran trabajo excelente con herramientas muy comunes, así Dios puede trabajar con instrumentos muy simples; pero Él quiere que utilicemos lo que Él ya nos ha dado. Era muy poco lo que tenía Moisés, pero esa pequeña vara fue suficiente para dividir el Mar Rojo y quebrar el poder de Faraón. Era muy poco lo que tenía aquel muchacho en la costa de Galilea; pero sus cinco panes y dos pececillos bastaron para alimentar a los cinco mil, cuando fueron entregados a Jesús y puestos a su servicio. Lo mínimo que tenemos es suficiente para Dios, si le permitimos el control total. - AB Simpson