MARZO 11

17.07.2023
¿Quién subirá al monte del SEÑOR? Salmo 24:3


No hay la menor duda de que este Salmo hace una referencia directa al Señor Jesucristo. Él es el único que por Sus propios méritos ascendió a lo alto, y quien en virtud de una perfecta obediencia está en el lugar santo de Dios. Él es el único de la raza mortal que es limpio de manos y puro de corazón. Él no ha elevado Su alma a cosas vanas, ni jurado con engaño; por tanto, ha recibido bendición de Jehová, y justicia del Dios de salvación. El camino al monte de Dios, es Cristo mismo. Él dice: "Yo soy el camino." Comenzamos en Cristo, debemos continuar con Cristo y debemos concluir con Cristo. No hay otro camino que Él para llegar allí.

Los sistemas teológicos errados, las estratagemas para llegar al cielo por alguna cobertura de falsos profetas y confianza en ellos, por una obediencia parcial, por un corazón dividido entre Dios y el mundo, por una iniquidad oculta en el alma. Te advierto que estos son engaños; tienen apariencia de piedad, pero te consumirán si te atreves a confiar en ellos. Además, te digo que si tienes confianza en ti mismo, en tus fuerzas o en los hombres, no lograrás subir, porque cualquier otra confianza que no sea una fe en Cristo, firme, arraigada, sencilla y sin mezcla, ciertamente destruirá tu alma.

"Estrecha es la puerta, y angosto el camino que lleva a la vida eterna, y pocos son los que la hallan." Fracasarás al subir si piensas que la travesía es fácil. Sí, el monte es escarpado, pero en cambio Dios es omnipotente; es verdad que la montaña es prominente, pero más prominentes aún son el amor y la gracia de Dios. Él te ha llevado y te llevará hasta el final; cuando no puedas caminar, Él te llevará en Sus brazos hasta el final. Además, digo que si tienes confianza en ti mismo, en tus fuerzas o en los hombres, no lograrás subir, porque cualquier otra confianza que no sea una fe en Cristo, firme, arraigada, sencilla y sin mezcla, ciertamente destruirá tu alma. El camino está lleno de pruebas y aflicciones, no debe sorprendernos. El camino al cielo nunca ha sido otra cosa que accidentado y por eso, puedes estar más seguro de que este es el camino correcto. Si tu camino fuera llano, podrías temer; pues "fácil es el camino que lleva a la perdición".

Permanece firme en la fuerza de Dios y ten buen ánimo. Tus aflicciones son pruebas de tu condición de hijo, y obran para tu bien.No permitas que lo escabroso del camino te haga desfallecer, pues es la mejor prueba de que es el camino correcto al cielo. Entre más escarpado sea el camino, más pronto estaremos en la cima.Otros cristianos atribulados, han experimentado tantas aflicciones como tú, y no perecieron. Tú tampoco perecerás. Job fue severamente tentado; el torrente estaba en verdad crecido, pero no lo arrastró. Estaba a salvo, pues pudo decir: "He aquí, aunque él me matare, en él esperaré." Job 13:15 Muchos cristianos han tenido dudas y miedos tan negros como tú, y con todo, han salido bien al final. Son como una enfermedad benigna, es decir, es dolorosa, pero no es mortal. Entonces las dudas y los temores afligen, pero no pueden destruir ni privar el alma de su interés en Cristo.


Cuando no tengas nada en qué apoyarte, pon tu mano en la mano del Dios Eterno, Él te guiará y sostendrá sabia y poderosamente, te llevará hasta la cima, al reposo prometido. Si tienes poca fe mira hacia arriba: "Corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante, puestos los ojos en Jesús". Qué importa que el monte sea escarpado, y que el precipicio sea sombrío; ¡Tú nunca caerás en tanto que tu Fe esté puesta en tu Dios! No mires abajo, al terrible abismo, mira "al Padre de las luces, en el cual no hay mudanza, ni sombra de variación"; mira a Cristo que brilla apacible y amorosamente sobre ti. Mira al SEÑOR y permanece firme hombre de poca Fe, y subirás al monte del SEÑOR. ¡Sube, cristiano, sube, Cristo te espera! Vamos, avanza por la espinosa ruta y sube, pues Cristo está en la cima extendiendo Sus manos, y diciendo: "Ven aquí a lo alto, al que venciere, le daré que se siente en mi trono, así como yo he vencido, y me he sentado con mi Padre en su trono."Apoc.3:21. -C.Spurgeon