DICIEMBRE 21

26.12.2022

"Será como árbol plantado junto al agua, Que extiende sus raíces junto a la corriente; No temerá cuando venga el calor, Y sus hojas estarán verdes; En año de sequía no se angustia ni deja de dar fruto". Jeremías 17:8

¡Oh, la bendición de la confianza en Dios! La sequía viene incluso a este árbol, y tiempos de problemas para el creyente; Pero la sequía no afecta al árbol, ya que tiene fuentes secretas, de las que absorbe su vida; Extiende sus raíces por el río que lo lleva a Cristo; y bendecido es el hombre que tiene una vida secreta en oración con el SEÑOR, una fuerza secreta, un apoyo secreto que lo sostiene en la hora difícil. El mundo no puede percibirlo, pero él bebe de este río, vive en Él y confía en Él. El glorioso trono de Dios es una defensa para todos los que confían en Él.
Cristiano esta es tu imagen: Tus raíces están hundidas en Dios. No dependes de una mera visita casual de la misericordia Divina. Tú, verdadero hijo creyente, dependes de Él para tu vida y tu salud. Has hundido tus raíces en el río, extraes continuamente del Río de Dios, todo el sustento y toda la humedad que necesitas. Y ahí estás, ileso por la sequía prevalente, ileso por los ardientes rayos del sol, tu hoja estará verde, y no dejarás de dar fruto. -Spurgeon

SE NECESITAN TORMENTAS PARA PRODUCIR RAÍCES. El árbol más fuerte no se encuentra al abrigo del bosque, sino en el campo raso donde los vientos de todas las direcciones lo golpean y lo doblan hasta que crece y se convierte en un gigante. Allá en la pradera se yergue para refugiar las manadas y los rebaños. La tierra alrrededor del árbol se endurece. La lluvia ayuda poco porque el agua no penetra. Hasta que llega la tormenta aterradora lo estremece, lo golpea y tuerce y algunas veces casi lo arranca. Si el árbol hablara se quejaría con amargura ¿Debe la naturaleza detener el proceso de la tormenta? La tormenta por poco lo dobla en dos el árbol. Además arrecia con fuerza y ruge. ¿Esto es amor? Pero ¡Esperemos!

Alrededor del árbol todo está movedizo, se han abierto grandes grietas en el suelo. Para el ojo inexperto tal vez le parece que son profundas heridas. La lluvia viene ahora con su tierno ministerio. Las heridas se llenan. La humedad penetra hasta lo más profundo, alcanzando la raíz. Pasa la tormenta y el sol brilla otra vez. Brota vida nueva y vigorosa. Las raíces se profundizan más y más. Las ramas retoñan y reverdecen. Eventualmente se escucha algo que cruje y estalla como un balazo: ¡Esta creciendo! ¡Está echando raíces más fuertes! ¡Se está remontando a las alturas celestiales juntamente con Cristo! Está siendo conformado a imagen y estatura de Cristo. Efe.4:13. "Si ahora sufrimos con Él, también tendremos parte con Él en su gloria". Rom.8:17

Este es el árbol que el mecánico quiere para hacer sus herramientas, el árbol que busca el fabricante de productos de madera. Cuando veas un gigante espiritual piensa en el camino por el cual ha transitado: No en la senda soleada donde siempre hay flores, sino la senda estrecha y escarpada donde los estruendos del enemigo de las almas casi le hacen perder el equilibrio, donde las piedras puntiagudas le hieren los pies, donde las espinas salientes le rasguñan la frente y el cuerpo y donde las serpientes y los escorpiones amenazan con picar. El SEÑOR provee raíces profundas para que hayan ramas que se extiendan con amplitud, no dejarán de dar fruto y sirven a otros de sombra y alimento. ¡Benditas tormentas! -Charles Cowman