ABRIL  21

11.04.2022

"Llévame en pos de ti y corramos juntos." Cantares 1:4


"Llévame en pos de ti". La esposa, esto es, el creyente, pide al SEÑOR que le permita seguir tras las huellas de Su vida, para imitar sus virtudes, guardar las normas de su conducta y abrazar la perfección de su forma de vida. En todo esto necesita sobremanera un poder que le permita renunciar a sí misma, tomar su cruz y seguir a Cristo. Por eso precisa la esposa ser atraída, y ser atraída precisamente por Aquel que dijo: "Sin mí nada pueden hacer." Sé muy bien, dice, que no puedo llegar hasta tí de ninguna manera, a no ser que te siga, y ni siquiera esto, si tú no me ayudas. Te pido, pues, que me atraigas en pos de tí, porque: "Bienaventurado el hombre que tiene en ti sus fuerzas, En cuyo corazón están tus caminos....Irán de poder en poder; Verán a Dios en Sion."Salmo 84: 5-7


Ruega que la lleves, porque nadie viene al Padre sino por ti. Juan 14:6 Lo que hace el Padre eso hace también el Hijo. Pero pide con más confianza que la lleve a Él, porque es su propio esposo, a quien envió el Padre por delante en calidad de guía y preceptor, para que la guíe por el camino recto y la enderece por la senda de las virtudes, la instruya como a sí mismo, le muestre la calzada de la prudencia, le entregue la ley de la vida y de la bondad.

¡Qué pocos, SEÑOR, quieren ir en pos de tí, aunque todos desean llegar hasta tí, porque están convencidos de que a tu derecha está la alegría perpetua! Todos quieren gozar de tí, mas no todos imitarte: quieren reinar contigo, sin sufrir contigo. Dicen: "Que mi suerte sea la de los justos, que mi fin sea como el suyo." Desean el fin de los justos, mas no sus comienzos. No se esfuerzan por buscar al que desean encontrar; desean conseguirlo, pero no seguirlo. No les sucede eso a aquellos que se han mantenido firmes en la fe aún en las pruebas. ¡Dichosos, buen Jesús, los que han obtenido este testimonio tuyo! Estos caminan realmente en pos de tí con sus pasos y su corazón. Les enseñaste el sendero de la vida, porque eres camino y vida, y les dices: "Vengan en pos de mí y los haré pescadores de hombres. El que quiera servirme que me siga: y allí donde esté yo, estará también mi servidor." Y dicen: "Mira que nosotros lo hemos dejado todo y te hemos seguido." Así también SEÑOR tu esposa, dejándolo todo por tí, ansía ir siempre en pos de tí, adherirse siempre a tus huellas, seguirte a donde quiera que vayas, consciente de que tus caminos son de salvación y todos tus senderos llevan a la paz, y que quien te sigue no andará en tinieblas.


Cristo el SEÑOR fue hecho para nosotros sabiduría de Dios, y justificación, y santificación, y redención, 1 Cor.1:30 Ahí tienes los perfumes de Cristo, ahí tienes la fragancia tan inestimable y penetrante con la que lo ungió el Padre con aceite de júbilo entre todos sus compañeros. Tú, vivías en tinieblas y en sombra de muerte porque ignorabas la verdad, y yacías atado por las cadenas de los pecados. Bajó hacia tí hasta la cárcel, no para atormentarte, sino para liberarte del poder de las tinieblas. Primeramente, como maestro de la verdad, ha disipado las sombras de tu ignorancia con la luz de su sabiduría. Después desató los lazos del pecado, mediante la justicia que procede de la fe, haciendo justo gratuitamente al pecador. Con este doble beneficio se cumplió la Palabra : El Señor liberta a los cautivos, el Señor abre los ojos al ciego. Así el SEÑOR es sabiduría por su predicación, justicia por la absolución de los pecados, santificación viviendo con los pecadores, liberación por los sufrimientos que soportó en favor de los pecadores. Cuando Dios consumó en él todo esto, entonces percibió la esposa el olor de su fragancia, y corrió en pos de Su perfume.


Corrían al olor de la Sabiduría los enviados por los fariseos, cuando decían al regresar: Nadie ha hablado nunca como este hombre, admirados de su doctrina y confesando su sabiduría. Corría tras el mismo aroma Nicodemo que, acercándose a Jesús de noche, volvió envuelto por el resplandor de su sabiduría, plenamente adoctrinado. Fueron atraídos al aroma de la Justicia y Santificación de Jesucristo, nuestro Salvador, María Magdalena, a quien mucho se le perdonó porque mucho amó. Era justa sin duda y santa, y no pecadora, como la consideraba el fariseo ignorando que la justicia o santidad es un don de Dios, no obra del hombre. Desconocía que no sólo es justo sino santo, el que está absuelto de su pecado. Asimismo, tocado por la pecadora, él que es Justo, no perdió su justicia sino que la comunicó; no se manchó con la suciedad de su pecado, sino que la santificó.


Fue atraído también el publicano, cuando imploraba humildemente el perdón de sus pecados, y bajó justificado como lo testificaba la misma Justicia. Fue atraído Pedro llorando amargamente tras su caída, para borrar su culpa y recuperar la justicia. Fue atraído David, reconociendo y confesando su culpa, hasta merecer escuchar: "El Señor ha perdonado ya tu pecado." El mismo Pablo confiesa que fue atraído al aroma de la Santificación, cuando dijo: Sean imitadores de mí como yo de Cristo. En general, todos somos invitados a seguir tras estos aromas, con estas palabras: "El que dice que permanece en Él, debe andar como Él anduvo." 1Juan 2:6 "Llévame en pos de ti y corramos juntos"


La salvación del SEÑOR, nadie puede atribuírsela como propia, porque es don de Dios y también toda capacidad nos viene de Él. Por eso cuando me faltan las fuerzas, Alzó la copa de la salvación, invocando Su nombre. SEÑOR, da luz a mis ojos, para que vea lo que a tí te agrada en cada momento, y seré un hombre sabio. No te acuerdes de los pecados ni de las maldades de mi juventud, y seré justo. Guíame por tu camino y seré santo. Pero si no se interpone tu sangre en mi favor, no me salvaré. Por todo esto "llévame en pos de tí y corramos juntos."


Llévame en pos de tí y correremos al olor de tus aromas. La razón por la que necesito que me atraigas, es que se enfrió el fuego de mi amor, y así no podemos correr ahora con un frío que congela las aguas. Pero cuando nos devuelvas la alegría de tu salvación, cuando vuelva el clima templado de la gracia, cuando brille de nuevo el Sol de Justicia y pasen las nubes de la prueba que ahora lo ocultan, cuando comience a esparcirse el perfume al suave soplo de la brisa dulce como antes, y se derramen los perfumes con su fragancia en nuestro corazón. Entonces correremos aspirando su aroma, porque desaparecerá la pesadez que ahora nos abruma y volverá la devoción. Ya no necesitaremos ser atraídos, pues animados por su bálsamo correremos libremente. Pero, entre tanto, "llévame en pos de tí".- Bernardo de Claraval


"SEÑOR, llévanos tras de ti y correremos detrás de tu Palabra, danos tu Ley y nos gozaremos con ella; nos acordaremos de ella y te amaremos. El recuerdo de tus palabras engendrará y custodiará nuestro amor hacia Ti, alejando de nosotros la infidelidad y la idolatría de las naciones. Y cuando nos introduzcas en tu presencia como el pueblo de Israel diremos: Por habernos introducido en una tierra buena y espaciosa iremos en pos de ti. Porque hiciste que tu Shekinah se pose en medio de nosotros iremos en pos de ti. Y si la alejas de en medio de nosotros, igual correremos en pos de ti, en busca de ella." E.Jimenez