ENERO  21

02.01.2022

Dime, amado de mi alma: ¿Dónde apacientas tu rebaño? ¿Dónde lo haces descansar al mediodía? ¿Por qué he de ser yo como una que se cubre con velo Junto a los rebaños de tus compañeros?». Cantares 1:7

"Dime amado de mi alma". La esposa de Cristo, esto es, la iglesia, el verdadero creyente, con delicadeza distingue el amor espiritual del afecto carnal, no diciendo simplemente «el que amo», sino: "Amado de mi alma", aludiendo a su amor espiritual, sabe que al Esposo Divino no se le debe amar con cualquier amor, sino con toda el alma, con todas las fuerzas, con todo el corazón y sinceramente (Marc.12:30) pese a sus debilidades, caídas y descuido de los asuntos de su Esposo, Cristo, ella no ha perdido su amor por Él; y, siendo consciente de su pecado, por el cual ha sido privada de su compañía y comunión con Él, lo busca y se acoge a Él para que restaure su alma errante.

"Dime.... ¿Dónde apacientas tu rebaño dónde lo haces descansar al mediodía?" La esposa busca sobre todo el lugar donde el Buen Pastor pastorea y descansa al mismo tiempo, lo cual es para ella una señal de gran tranquilidad y paz. ¡Feliz lugar en el que las ovejas entran y salen a gusto sin que nadie las atemorice! porque se encuentran totalmente seguras y protegidas por el Pastor de pastores. Además también y lo más importante nos recuerda que es Puerta de Salvación: Yo soy la puerta; el que por mí entre, se salvará; y entrará y saldrá y hallará pastos. Juan 10:9 Primero las salva y después las alimenta en abundancia. Con razón suspira la esposa por ese lugar, con razón anhela sus pastos y su paz, su reposo, su seguridad, su exultación, su encanto, su embeleso.

El lugar que la esposa anhela, es aquel del cual habló David diciendo: "El SEÑOR es mi pastor y nada me faltará. En pastos delicados me hará descansar, junto a aguas de reposo me pastoreará." Les provee aguas, no sólo abundantes, sino también saludables, puras y restauradoras: Jesús es el agua de vida, el que bebiere del agua que yo le daré, no tendrá sed jamás; sino que el agua que yo le daré será en él una fuente de agua que salte para vida eterna. Juan 4:14 Y apacienta sus ovejas en los pastos verdes de Su Palabra, que es pura y también llena de nutrientes que sustentan y dan salud al alma.

Dime....¿Dónde apacientas a tu rebaño y donde los haces descansar? Porque deseo ser pastoreado bajo tu cuidado en tu Ley, en los Salmos, en los pastos del Evangelio; deseo reposar como María recostado a tus pies escuchando tus palabras que son Espíritu y son vida. Indícame, dónde está ese lugar tan luminoso, de tanta paz y plenitud, para que me suceda como a Jacob, que vio a Dios cara a cara mientras aún vivía aquí, y no perdió la vida; o como a Moisés, que lo contempló no en figuras y enigmas, ni en sueños como los profetas,sino de una manera mucho más excelente y desconocida que todos lo demás; o como a Isaías, que lo vio sobre un trono alto y excelso, con los ojos de su corazón; o como Pablo, que arrebatado escuchó palabras inefables y vio a nuestro SEÑOR Jesucristo; y así yo, arrebatada mi alma, pueda también contemplarte en tu luz y en tu gloria, en la fertilidad de tu presencia y reposando en la plenitud de tu paz.

Entonces, apresuremonos hacia ese lugar más seguro, al pasto más agradable, al campo más rico y fértil. Apresuremonos a vivir sin temores, a que nada nos falte a banquetear sin sentir hastío. Tú, SEÑOR de los Ejércitos, lo juzgas todo con moderación, alimentas allí justamente y con seguridad a todos, y eres a la vez el SEÑOR de los Ejércitos y el Pastor de las ovejas. -Bernardo de Claraval