NOVIEMBRE 21

María, sentándose a los pies de Jesús, oía su Palabra. Pero Marta se preocupaba con muchos quehaceres. Lucas 10:39-40
Toda vida cristiana verdadera necesita su tiempo diario apartado para estar en oración. Cuando el silencio lo cubre todo, antes de empezar la actividad del día, cuando el corazón en susurro santo puede tener comunión con Dios. Una de las grandes necesidades de la vida cristiana es más tiempo devocional. Nuestra época no se caracteriza por la oración sino por la actividad. La tendencia es ponerse en acción en lugar de arrodillarse para adorar; queremos más bien estar afanados y turbados con muchas cosas Lucas 10:41, que sentarnos a los pies del Salvador para tener comunión con Él. El mensaje medular para nuestra vida cristiana en el presente, es la consagración, que siempre se interpreta como dedicación al servicio activo; nos motivan e inspiran para hacer y hacer. Pero la vida piadosa y de fe de más alta calidad es aquella que se alimenta en el tiempo de oración para la vida de actividad.
Se cuenta que santa Francisca era incansable para sus oraciones. Sin embargo, si mientras oraba se le llamaba a realizar algún deber doméstico cerraba su libro con alegría, y decía que una esposa y madre debía dejar a Dios en el altar cuando la necesitaban, para hallarlo en los quehaceres domésticos. Sin embargo, para que haya un árbol fuerte, vigoroso, sano, que lleve fruto, pueda resistir la tormenta y soportar el calor y el frío, primero debe haber una raíz bien plantada y bien alimentada. Para que haya una vida cristiana noble, próspera, y resistente en presencia del mundo, segura en la tentación, inconmovible en las tribulaciones, llena de buenos frutos y hojas perdurables, primero debe haber una íntima y secreta comunión con el SEÑOR. "Plantados en la casa del SEÑOR, Florecerán en los atrios de nuestro Dios. Aun en la vejez darán fruto;" Salmo 92:13-14
Antes de dar a los demás, debemos recibir de Dios, porque nada tenemos en nosotros mismos que podamos dar para alimentar al hambriento o al sediento. Sólo somos vasos vacíos y debemos estar en oración para ser llenados antes de poder llevar algo a los necesitados. Debemos escuchar junto a las puertas de los cielos antes que podamos cantar melodías celestiales a los hombres cansados y atribulados. Nuestros labios deben ser tocados con brasas del altar de Dios antes que lleguemos a ser mensajeros de Dios para los hombres. Debemos descansar mucho tiempo en la presencia del SEÑOR de Jesús, para que nuestra pobre vida terrenal pueda empaparse con el Espíritu de Cristo y brillar con la belleza transfigurada de Su bendita vida.
La vida devocional y de oración no desplaza al deber, sino que siempre trae nuevas obligaciones a nuestras manos y nos pone en condiciones para entrar en actividad. -J.R. Miller
"Ninguna persona puede trabajar sin descansar; y ninguna persona puede vivir la vida cristiana sin que tome tiempo con Dios. Hace falta que esté presente en nosotros la actividad espiritual, ya que no nos debemos entregar sin cesar a la actividad, porque es necesario descansar; gustar y ver cuán bueno es el SEÑOR, sentarnos como María, a los pies de Jesús y escuchar su Palabra.
Bien pudiera ser que la mayoría, sino es que todos los problemas de nuestra vida, estuvieran en que no le damos a Dios la oportunidad de hablarnos, porque no sabemos estar quietos y escuchar, no le damos tiempo a Dios para recargar nuestra energía espiritual, porque no apartamos un tiempo para esperar en Él. ¿Cómo podremos asumir las cargas de la vida si no tenemos contacto con el que es SEÑOR de toda vida? ¿Cómo podremos hacer la obra de Dios, a menos que sea con la fuerza que Dios da? ¿Y cómo podremos recibir esas fuerzas si no buscamos a Dios a solas y en tranquilidad?
Debemos tener un equilibrio entre María y Marta. La oración que no desemboca en la acción no es verdadera oración. No debemos nunca buscar la comunión con Dios a fin de evitar la comunión con nuestros semejantes, sino para prepararnos mejor para ella. El ritmo de la vida cristiana es el encuentro alternativo con Dios en el lugar secreto en Oración y con nuestros semejantes en los diversos campos de la actividad humana." -William Barklay
"Marta preocupada por muchos quehaceres" representa la vida activa, y María sentada a los pies de Jesús para oír Su Palabra, representa la vida contemplativa o de oración. El activo se entrega al amor al prójimo, el contemplativo al amor de Dios. Estas palabras de Jesús han producido estas dos grandes manifestaciones de la vida cristiana: La acción y la Oración; pero la Oración es superior a la acción. Bueno es entregarse a la actividad diaria y a servir al prójimo sin descuidar nunca la Oración.
Marta se preocupó y se excedió en lo externo, esto es, en servir al SEÑOR de la obra, pero María prefirió estar en presencia del SEÑOR de la obra, tuvo cuidado de su vida espiritual, de nutrir su alma escuchando la buena doctrina de la Palabra, fundamento de la vida cristiana. "María escogió la mejor parte", porque con toda su alma, con toda su mente y con todo su corazón, se adhirió al SEÑOR, y bebió de la fuente de vida eterna; y esta vida que escogió no le será quitada, porque la vida bienaventurada, dichosa, es vida completamente de espíritu, de contemplación, de oración y de amor, que sin duda alguna la llevará a la vida activa o de servicio al SEÑOR y al prójimo. "Es bueno que el trabajo y la vida diaria estén en la Oración, pero es mejor que la Oración esté en el trabajo y la vida diaria." Anónimo