JUNIO 20

"Junto al río, en su orilla, a uno y otro lado, crecerán toda clase de árboles que den fruto para comer. Sus hojas no se marchitarán, ni faltará su fruto. Cada mes darán fruto porque sus aguas fluyen del santuario; su fruto será para comer y sus hojas para medicina." Ezequiel 47:12
La fe mira hacia el pasado invisible, la esperanza hacia el futuro invisible.
Las "cosas que se esperan" son muy gloriosas, que ojo no vio, ni oído
oyó; pero "Dios nos las ha revelado por Su Espíritu." Ese Espíritu
nos ha dado ojos para ver; objetos para mirar; y luz para verlos. De modo que
podemos decir sin duda que este verso está conectado con el SEÑOR
Jesucristo: "el Cordero inmolado;" Él es el Río, Él es el Árbol, Él
es el fruto, Él es la hoja medicinal. Él es la fuente de toda bendición en el
cielo y en la tierra, en este mundo y en el venidero; y estas cosas materiales
son los canales a través de los cuales Él derrama Su plenitud.
"Junto al río, en su orilla, a uno y otro lado...." Su
fuente es divina; sus aguas son claras; su flujo es interminable. El Jordán, el
Nilo y el Éufrates no se pueden comparar con Él. Este magnífico río fluye y
distribuye por ambos lados su bendición celestial a medida que se derrama,
llevando refrigerio, alegría, hermosura, y provisiones para todo propósito
benéfico. Es "el río cuyas corrientes alegran la ciudad de nuestro Dios"
(Salmo 46:4); es el río de la paz, porque en él "no irá ningún barco de
guerra, ni ningún barco poderoso pasará por él." (Isaías 33:21). Contiene
todas las bendiciones físicas que puede contener un río, como símbolo de todas
las bendiciones espirituales. "Del río de tus delicias les darás a
beber" (Salmo 36:8). Este río no fluye de ninguna fuente terrenal; ni aun
de la roca del desierto; sino "del santuario"; no de las colinas
eternas, sino del trono de Dios y del Cordero.
Hombre cansado de lo que te ha dado el mundo, ven a Cristo, el río de la
vida, brillarás y te refrescarás en Él. Hay aguas para ti de sobra. Todo gratis
y todo accesible: Y el que tiene sed, venga; y el que desea, que tome
gratuitamente del agua de la vida. Apoc. 22:17 Y no sólo beberá del río, sino
de la "la fuente cerrada, la fuente sellada", porque sus aguas
fluyen del santuario.
"Crecerán toda clase de árboles que den fruto para comer."
Existe el árbol terrenal y el árbol celestial, así como existe la
Jerusalén terrenal y la celestial; el árbol del Paraíso inferior, y el árbol
del Paraíso superior; pero la gloria de lo terrestre es una, y la gloria de lo
celestial es otra. El fruto abundante y vivificante es Jesucristo. Es el
"árbol de justicia" (Isaías 61:3); Este árbol de la vida bordea
el río de la vida; extendiéndose como una franja a lo largo de su margen por
ambos lados, entre ésta y la calle; surgiendo como una larga avenida de
palmeras en medio de la ancha calle, por cuyo centro corría el río. Un árbol
maravilloso; o más bien un bosque de árboles maravillosos agradables a la
vista, buenos para el fruto, y excelentes para dar sombra y fragancia, bajo
cuya sombra nos sentaremos con gran deleite, en el día en que el tabernáculo de
Dios esté con los hombres.
"Sus hojas no se marchitarán, ni faltará su fruto. Cada mes dará
fruto." Da doce cosechas al año. Como el naranjo está siempre floreciendo
y siempre dando frutos. Es una cosecha perpetua, cada mes produciendo nuevos
frutos. " Su fruto será para comer" Jesucristo es el "pan de
vida"; Juan 6:25, es el alimento de los moradores celestiales y es mejor
que la comida de los ángeles.Es el alimento de nuestra vida resucitada, el
sustento de nuestros cuerpos resucitados y nuestras almas perfeccionadas, es
bueno, muy bueno. Nutre, Imparte y sostiene la vida incorruptible. Comunica sus
propiedades celestiales a todo el ser de los redimidos: cuerpo, alma y
espíritu. Es el Maná Escondido; es el fruto del Árbol de la vida que está en
medio del paraíso de Dios. Come, pues es el alimento que necesitas; come, que
es gratis y está a tu alcance; come, porque es alimento vivo que fortalece. Lo
encontrarás dulce a tu gusto. El que come de este fruto vivirá para siempre.
"El que cree en mí, tiene vida eterna. Yo soy el pan de vida."
"Sus hojas para medicina." Este Árbol no tiene una sola hoja,
sino hojas que sirven para sanar y salvar el alma del pecador. Es como el borde
del manto de Cristo, a través del cual venía la sanidad a todos los que lo
tocaban. Es como "los pañuelos y ropas" del cuerpo de Pablo que
sanaba a los enfermos (Hechos 19:12); o como "la sombra de Pedro que
pasaba" que "cubría y sanaba" a los enfermos de Jerusalén.
(Hechos 5:15) Estas eran curaciones para el cuerpo. De la misma manera
Cristo es el sanador de un mundo enfermo. Las hojas del Árbol de la vida, son
para la curación y salvación de las naciones. El toque más simple de Él sana y
salva. ¿Quieres ser salvo? Toma una hoja del árbol de la salvación. ¿Estás
herido otra vez? Toma otra hoja y otra. ¡Tómalas a cada hora! .- Horatius Bonar