JUNIO 20

13.09.2022

"Junto al río, en su orilla, a uno y otro lado, crecerán toda clase de árboles que den fruto para comer. Sus hojas no se marchitarán, ni faltará su fruto. Cada mes darán fruto porque sus aguas fluyen del santuario; su fruto será para comer y sus hojas para medicina." Ezequiel 47:12


La fe mira hacia el pasado invisible, la esperanza hacia el futuro invisible. Las "cosas que se esperan" son muy gloriosas, que ojo no vio, ni oído oyó; pero "Dios nos las ha revelado por Su Espíritu." Ese Espíritu nos ha dado ojos para ver; objetos para mirar; y luz para verlos. De modo que podemos decir sin duda que este verso está conectado con el SEÑOR Jesucristo: "el Cordero inmolado;" Él es el Río, Él es el Árbol, Él es el fruto, Él es la hoja medicinal. Él es la fuente de toda bendición en el cielo y en la tierra, en este mundo y en el venidero; y estas cosas materiales son los canales a través de los cuales Él derrama Su plenitud.


"Junto al río, en su orilla, a uno y otro lado...." Su fuente es divina; sus aguas son claras; su flujo es interminable. El Jordán, el Nilo y el Éufrates no se pueden comparar con Él. Este magnífico río fluye y distribuye por ambos lados su bendición celestial a medida que se derrama, llevando refrigerio, alegría, hermosura, y provisiones para todo propósito benéfico. Es "el río cuyas corrientes alegran la ciudad de nuestro Dios" (Salmo 46:4); es el río de la paz, porque en él "no irá ningún barco de guerra, ni ningún barco poderoso pasará por él." (Isaías 33:21). Contiene todas las bendiciones físicas que puede contener un río, como símbolo de todas las bendiciones espirituales. "Del río de tus delicias les darás a beber" (Salmo 36:8). Este río no fluye de ninguna fuente terrenal; ni aun de la roca del desierto; sino "del santuario"; no de las colinas eternas, sino del trono de Dios y del Cordero.


Hombre cansado de lo que te ha dado el mundo, ven a Cristo, el río de la vida, brillarás y te refrescarás en Él. Hay aguas para ti de sobra. Todo gratis y todo accesible: Y el que tiene sed, venga; y el que desea, que tome gratuitamente del agua de la vida. Apoc. 22:17 Y no sólo beberá del río, sino de la "la fuente cerrada, la fuente sellada", porque sus aguas fluyen del santuario.


"Crecerán toda clase de árboles que den fruto para comer." Existe el árbol terrenal y el árbol celestial, así como existe la Jerusalén terrenal y la celestial; el árbol del Paraíso inferior, y el árbol del Paraíso superior; pero la gloria de lo terrestre es una, y la gloria de lo celestial es otra. El fruto abundante y vivificante es Jesucristo. Es el "árbol de justicia" (Isaías 61:3); Este árbol de la vida bordea el río de la vida; extendiéndose como una franja a lo largo de su margen por ambos lados, entre ésta y la calle; surgiendo como una larga avenida de palmeras en medio de la ancha calle, por cuyo centro corría el río. Un árbol maravilloso; o más bien un bosque de árboles maravillosos agradables a la vista, buenos para el fruto, y excelentes para dar sombra y fragancia, bajo cuya sombra nos sentaremos con gran deleite, en el día en que el tabernáculo de Dios esté con los hombres.


"Sus hojas no se marchitarán, ni faltará su fruto. Cada mes dará fruto." Da doce cosechas al año. Como el naranjo está siempre floreciendo y siempre dando frutos. Es una cosecha perpetua, cada mes produciendo nuevos frutos. " Su fruto será para comer" Jesucristo es el "pan de vida"; Juan 6:25, es el alimento de los moradores celestiales y es mejor que la comida de los ángeles.Es el alimento de nuestra vida resucitada, el sustento de nuestros cuerpos resucitados y nuestras almas perfeccionadas, es bueno, muy bueno. Nutre, Imparte y sostiene la vida incorruptible. Comunica sus propiedades celestiales a todo el ser de los redimidos: cuerpo, alma y espíritu. Es el Maná Escondido; es el fruto del Árbol de la vida que está en medio del paraíso de Dios. Come, pues es el alimento que necesitas; come, que es gratis y está a tu alcance; come, porque es alimento vivo que fortalece. Lo encontrarás dulce a tu gusto. El que come de este fruto vivirá para siempre. "El que cree en mí, tiene vida eterna. Yo soy el pan de vida."


"Sus hojas para medicina." Este Árbol no tiene una sola hoja, sino hojas que sirven para sanar y salvar el alma del pecador. Es como el borde del manto de Cristo, a través del cual venía la sanidad a todos los que lo tocaban. Es como "los pañuelos y ropas" del cuerpo de Pablo que sanaba a los enfermos (Hechos 19:12); o como "la sombra de Pedro que pasaba" que "cubría y sanaba" a los enfermos de Jerusalén. (Hechos 5:15) Estas eran curaciones para el cuerpo. De la misma manera Cristo es el sanador de un mundo enfermo. Las hojas del Árbol de la vida, son para la curación y salvación de las naciones. El toque más simple de Él sana y salva. ¿Quieres ser salvo? Toma una hoja del árbol de la salvación. ¿Estás herido otra vez? Toma otra hoja y otra. ¡Tómalas a cada hora! .- Horatius Bonar