ABRIL 20

"SEÑOR, dame de esa agua para que no vuelva a tener sed," Juan 4:15
En las Escrituras podemos ver la existencia de tres clases de aguas: La de la fuente, la del pozo y la del arroyo. Las tres sirven para saciar la sed, pero son de muy diferente calidad, y simbología. El agua del arroyo, proviene de un río pequeño de escaso caudal y profundidad, que puede secarse. Elías y el arroyo de Querit. 1 Reyes 17:2-4; el agua del pozo está a cierta profundidad bajo la tierra, expuesta a ciertas contaminaciones. El pozo de Jacob, donde la samaritana fue para sacar agua Juan 4:5-15. Y el agua de la fuente, que siempre corre, porque procede de lo profundo de la tierra, es agua no contaminada y pura. Y Jesus es fuente de agua viva: El agua que yo le daré será en él una fuente de agua que salte para vida eterna. Juan 4:14
Ellas pueden relacionarse con las tres partes del ser humano: espíritu, alma y cuerpo, y específicamente en cuanto a la satisfacción que da cada una de ellas. Cuando el hombre busca saciar su sed interior con sentimientos y emociones, está bebiendo el agua del pozo; cuando se entrega a los placeres sensuales, corporales, está bebiendo del agua del arroyo. Solo cuando bebe del agua de la fuente de la vida, Cristo, su ser entero es saciado de verdad. "El que bebiere del agua que yo le daré, no tendrá sed jamás." Juan 4:14
La sed del alma no puede saciarse con el agua del pozo ni del arroyo. Porque dos pecados ha hecho mi pueblo: me dejaron a mí, Fuente de agua viva, y cavaron sus propias cisternas, cisternas rotas que No retienen el agua. (Jeremías 2:13) La sequía de una vida llega cuando busca saciar la sed espiritual, que solo Cristo, la fuente de agua viva, puede llenar, sustituyendola por la satisfacción sexual desordenada. La mujer samaritana bebía agua del pozo (Juan 4:6). Ella había buscado la satisfacción para su alma en los afectos y amor de los amantes que había tenido; sin embargo, no la había encontrado. Ella debía ir al pozo y beber una y otra vez. Los sentimientos y emociones del alma sacian el alma de manera temporal.
Otros quieren llenar sus vacíos con riquezas y consumo de bienes materiales sin control, creyendo que así se alcanzará la felicidad, el bienestar y el placer que tanto anhelan. Pero todo esto es temporal, tiene fecha de caducidad, es cisterna rota que no retiene el agua, cuanto más le echas más sed, más deseas y nunca logras sentirte satisfecho.
Pablo dijo: Advierte a los ricos de este mundo que no sean orgullosos ni confíen en sus riquezas, porque es muy fácil perder Todo lo que se tiene. Diles que confíen en Dios, que nos da Todas las cosas en abundancia para que las disfrutemos.1 Tim.6:17 Dios nos da Todo en abundancia para que lo disfrutemos, no para que lo idolatremos. Podemos disfrutar todo sin tener un amor, confianza y admiración excesivos por las personas, criaturas o cosas. Nunca las coloques por encima del amor que le debes a Dios, no ames ni confíes más en las cosas que en el Dador. Porque ni los inmorales ni los idólatras heredarán el reino de los cielos.1Cor.6:9-10
Solo el agua que ofrece el Cristo, es una fuente de agua que da paz indescriptible, permanente y un placer eterno. Él promete una plena y completa satisfacción de todas y cada una de nuestras necesidades. Él llena el vacío que la bebida ni la comida en exceso, ni el dinero, ni las relaciones sexuales, ni los viajes, ni nada en este mundo puede llenar. Pero, los que beben de Cristo, Fuente de agua viva, son saciados de la abundancia de tu casa; les das a beber del río de tus delicias. Porque en ti está la Fuente de la vida. Salmo 36:8-9
El agua que da Cristo, se convierte en una fuente, y la fuente en un río, y el río se expande y se pierde en el gran océano de la eternidad. Siempre fluye para renovar las fuerzas al cansado y al sediento, para restaurar al caído, para liberar al cautivo, para dar vida eterna.
El que bebiere de este manantial de vida, quedará totalmente satisfecho con la Gracia de Cristo, no tendrá sed de los placeres de este mundo. Esta fuente Divina fluye para siempre, trasciende todas las necesidades de esta vida y de la vida futura. Porque, Cristo, es la plenitud que TODO LO LLENA EN TODO. Efesios 1:23 Esta verdad eterna le fue revelada a la samaritana, que también a nosotros nos sea revelada y podamos clamar con ella: !SEÑOR, dame a beber de esa agua, para que no vuelva a tener sed! Juan 4:15