OCTUBRE 19

" Mientras aún hablaba, una nube de luz los cubrió, y desde la nube se oyó una voz que decía: "Éste es mi Hijo amado, en quien me complazco. ¡Escúchenlo!" Mateo 17:5
La nube es un símbolo de la presencia Divina. "Miraron hacia el desierto y, he aquí, la gloria del SEÑOR se apareció en la nube." Éx.16:10.Uno de los escritores dice que los discípulos tuvieron miedo al ver que la nube descendía sobre el Maestro y los visitantes celestiales. Dios todavía viene a nosotros a menudo en nubes espesas, y nosotros también tenemos miedo. Pero la nube no significó ningún daño para los discípulos. Ninguna nube significa daño alguno para un discípulo, cuando Dios está en la nube; y siempre, si sólo escuchamos, podemos oír palabras de amor.
Hubo una voz desde la nube testificando de la filiación Divina. Los discípulos se habían quedado atónitos ante lo que Jesús había dicho acerca de su rechazo y muerte. Ahora están seguros de que Él es el Mesías, y que deben escucharlo. Incluso si no podían entender, y si las cosas que Él dijo parecían destruir todas sus esperanzas, aún debían estar con Él para escuchar.
Hay momentos en que los caminos de Dios con nosotros parecen muy difíciles, y pensamos que el desastre se avecina en cada perspectiva justa de nuestra vida. En todas esas horas debemos recordar que Aquel que gobierna sobre todo es el Hijo de Dios, nuestro Amigo y Salvador; y nuestra confianza en Él nunca debe fallar. Debemos escuchar siempre lo que Él dice; y cuando todo parece extraño y oscuro, nunca debemos dudar ni temer.
Lo que asombró tanto a los discípulos entonces, ahora vemos que fue la sabiduría más gloriosa y amorosa. Entonces, en nuestras pruebas más extrañas, están la sabiduría más verdadera y el amor más rico. A partir de ahora lo sabremos. Fue de la nube que salió esta voz. De las nubes que se ciernen sobre nosotros, a menudo surgen las voces más tiernas del amor divino, la revelación más preciosa de la gracia divina. -J.R. Miller
"Estando mi esposo y yo en medio de grandes tribulaciones, venía Satanás tentandonos a desmayar ante las presiones, pero todas las veces, cuando las pruebas se hacían más duras, Dios nos enviaba la luz de algún texto de la Palabra, o caía providencialmente en nuestras manos algún mensaje que nos servía de ayuda, el cual contenía el mensaje exacto que necesitábamos en ese preciso momento.
Un día, mientras estábamos caminando por la playa, preguntándonos "Si Dios nos había dejado de Su gracia", un pequeño panfleto cayó a nuestros pies. Lo levantamos y leímos: "Dios sonríe a sus hijos en medio de la tormenta", y vimos nuevamente la mirada de amor de su rostro. "Sus bendiciones más grandes estaban reservadas para nuestros dolores más profundos", y hemos estado sostenidos en sus brazos fuertes y amorosos todos estos años de prueba, hasta qué hemos aprendido a amar nuestro desierto, porque Su presencia maravillosa está con nosotros." L.B.Cowman "Una nube luminosa los cubrió; y una voz salió de la nube".