AGOSTO 18

17.11.2022

El Dios eterno es tu refugio; por siempre te sostiene entre sus brazos. Deuteronomio 33:27

La palabra refugio puede ser traducida por «mansión» o «casa», que da la idea de que Dios es nuestra morada y nuestro hogar. En esta metáfora hay plenitud y dulzura, pues el hogar, aunque sea una humilde choza o una reducida casita, es, sin embargo, querido a nuestro corazón; y mucho más querido es nuestro bendito Dios, en quien «vivimos, nos movemos y tenemos nuestro ser». Es en el hogar donde nos sentimos seguros; dejamos fuera al mundo, y permanecemos en tranquila seguridad. Así también cuando estamos con nuestro Dios, no tememos al mal. Él es nuestro escudo, asilo y permanente refugio. En el hogar descansamos. Allí hallamos reposo tras los trabajos y fatigas del día. De la misma forma, nuestros corazones hallan descanso en Dios cuando, cansados con las luchas de la vida, nos volvemos a Él y reposamos tranquilos. En el hogar, dejamos nuestros corazones en libertad. No tememos ser mal entendidos ni que alguien malinterprete el sentido de nuestras palabras. Así también cuando estamos con Dios, podemos conversar libremente con Él, pues si «Los secretos del SEÑOR son para los que le temen,» Salmo 25:14, los secretos de los que le temen deben ser y tienen que ser para su SEÑOR.

En Él SEÑOR tenemos un gozo que sobrepasa todo otro gozo. Es también en favor de nuestro hogar que trabajamos y obramos. Pensando en nuestro hogar, recibimos fuerzas para soportar las cargas diarias y cumplir con nuestro cometido. Aun en este sentido podemos decir que Dios es nuestro hogar. El amor a Él nos fortalece. Lo recordamos en la persona de su Hijo. Un vislumbre del rostro del Redentor nos constriñe a trabajar en su causa. Sabemos que hemos de trabajar, pues tenemos hermanos que aún no son salvos
y, por tanto, debemos alegrar el corazón de nuestro Padre, llevando al hogar a los hijos pródigos. C. Spurgeon

"También es cierto que, de las bendiciones pronunciadas sobre Israel, el creyente puede sacar instrucción, consuelo y refrigerio. Bendito sea Dios, podemos saber lo que es ser «saciados de favores, y llenos de la bendición del SEÑOR». Y también podemos decir: «El Dios eterno es tu refugio; por siempre te sostiene entre sus brazos.». No hay nadie como Él, es tu refugio en cada momento de problemas y necesidad; tu refugio cuando todos los demás fallan; tu refugio fuerte, tu refugio invencible, tu seguro. Deja que tu alma more en el Dios infinito, inmutable, la "Roca de los siglos", "el que es antes de todas las cosas, y por quien todas las cosas permanecen,". Col 1:17, Quien es el primero; y el último. Fuera de Él no hay otro Dios. . Isaías 44:6.

El Dios Eterno,"el que es y que era y que ha de venir, el Todopoderoso". cabalgará por el cielo para ayudarte, echará fuera a los enemigos que se resistan a tu avance, será tu fuente y rocío, tu maíz y tu vino, y te pondrá bajo Sus brazos tan tiernos como amorosos. Por muy bajo que caigas, Él siempre te sostendrá. ¡Como tus días, así será tu fuerza! - F.B.Meyer ¡Oh, que podamos conocerlo más plenamente como nuestro hogar, sosteniendonos entre sus brazos eternos y gustar la felicidad de nuestra salvación, hasta que lo veamos cara a cara!