OCTUBRE 17

13.10.2021

Y nadie echa vino nuevo en odres viejos, porque entonces el vino romperá el odre, y se pierde el vino y también los odres; sino que se echa VINO NUEVO EN ODRES NUEVOS. Marcos 2:22

Que el SEÑOR nos permita entender en verdad este texto. Sobre todo aquellos que desean ser llenos del Espíritu Santo, deben prestar especial atención como dice Efesios 5:18: "Sean llenos del Espíritu".

En la época del Señor Jesús, el vino se ponía en odres, no como los de hoy. Los odres estaban hechos principalmente de piel de cabra. La trataban hasta que la piel se suavizara y el vino se pusiera en él sin fugas. Los odres permiten que se lleve a cabo el proceso de fermentación porque la piel se estira y no se rasga. Un odre viejo no se puede usar para vino nuevo, al echar vino nuevo en él, la fuerza del proceso de fermentación lo deteriora a tal punto que lo arruina y lo rompe, y sucede que se pierde tanto el odre como el vino. Por lo que era rigurosamente necesario que en ese caso el odre destinado para el vino nuevo, fuera nuevo; de otro modo no sería capaz de resistir sin echar a perder ambos.

El SEÑOR llama "odres viejos" a los fariseos y a sus discípulos, porque aún no estaban completamente renovados por Su Santo Espíritu, ni preparados para transitar la senda angosta que Él vino a enseñar al mundo; llama "vino nuevo" a la plenitud del Espíritu Santo en el corazón que sería derramado después de ascensión al Cielo, que convertiría los creyentes en nuevas criaturas, formando en ellos afectos por todo lo celestial y desprecio por todo lo pecaminoso.

De modo que "Odres nuevos" son aquellos que estaban en pecado, pero a quienes Cristo ha llamado a Su gracia, y Su Santo Espíritu los regenera y renueva. El Evangelio de nuestro Señor Jesús es nuevo siempre, por lo que requiere odres nuevos, esto es corazones nuevos. El Evangelio de Cristo y la plenitud de su contenido obra y da una nueva vida tal que supera y derriba todas las barreras, incluso la de la muerte. Pues Él vino a darnos vida eterna y salvación.

Cuando los hombres experimentan un vivo deseo de amarle, un vivo deseo de hacer por él cosas que superan a la naturaleza humana, es evidente que es el mismo SEÑOR Jesucristo es quien los ha tocado. En estos el amor de Dios se manifiesta, Su Espíritu los llena, y disfrutan de todas las bendiciones espirituales en Cristo. De modo que cuando los hombres experimentan un vivo deseo de amar al SEÑOR, y de hacer por Él cosas que superan a la naturaleza humana, es evidente que el Santo Espíritu de Dios mora en ellos. En estos el amor de Dios se manifiesta, Su Espíritu los llena, y disfrutan de todas las bendiciones espirituales en Cristo.

"Si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron, he aquí Todas son hechas nuevas." 2Cor.5:17 Aquel que está en verdad en Cristo y ha recibido Su Evangelio, tiene nuevo corazón, nuevo espíritu, nuevos pensamientos, nuevos principios de luz, vida, amor, fe y santidad, implantados en él. Posee nuevos ojos para ver con, nuevos oídos para escuchar, nuevos pies para caminar, hacia y en Cristo, nuevas manos para alabarlo en todo lo que hace, nuevos labios para hablar. El mensaje del Evangelio de Cristo transforma, cambia, renueva los viejos hábitos. Por eso dice: " El hombre interior es renovado día a día" 2Cor 4:16. Si oras: "SEÑOR, dame el vino nuevo", pero si no eres renovado cada día, muy pronto perderás todo lo que Él te da. Las pieles viejas son inflexibles y duras. Así el corazón se va endureciendo como el odre viejo se rompe y arruina. Por eso cuando sigues al SEÑOR, necesitas ser renovado por el poder de Su Santo Espíritu todos los días.

Si no te vacías de ti mismo, de tu ego, de tu propia voluntad, de toda impureza y obras de la carne, Gál.5:22-23 no podrás ser lleno con la presencia del SEÑOR y de Su Santo Espíritu, porque ustedes no viven según las intenciones de la carne, sino según el Espíritu, si es que el Espíritu de Dios habita en ustedes. Y si alguno no tiene el Espíritu de Cristo, no es de él. Rom.8:9 La única forma en que se puede verter el vino nuevo es si el odre nuevo, el corazón es limpiado y renovado por la Sangre preciosa de Cristo para recibir el vino nuevo de Su Espíritu. El creyente que no cambia y se renueva, no verá al SEÑOR obrando en su vida; y cuando el Espíritu del SEÑOR no obra, otros espíritus malignos, comenzarán a llenar su corazón y a operar en él.

¿ Ahora que estás en Cristo, todo es nuevo en ti o algo de lo viejo todavía se encuentra en ti? ¿Todavía quedan algunos de los viejos pensamientos y actitudes de la antigua forma de hablar y de vivir? ¿Pueden tu esposo-a, hijo y familiares testificar que todo es nuevo en tu vida? ¿Sigues mirando pornografía o contaminas tu propio cuerpo? ¿Tal vez hay resentimiento, falta de perdón, irritabilidad y amargura en tu vida? Si fuiste lleno cuando creíste en Él pero has vuelto a mirar atrás o si aún no has sido transformado y todavía tienes el odre de tus viejas costumbres, Dios podría arrepentirse de haberte llenado con Su Espíritu, como se arrepintió de haber hecho al hombre en los días de Noé.

"Nadie echa vino nuevo en odres viejos." Como tampoco se puede mezclar la nueva vida de Dios y Su Santo Espíritu con la vida vieja. Humíllate en la presencia del SEÑOR y escudriña tu vida y pídele que te limpie de tu pasada vana manera de vivir, para que puedas ser un odre nuevo, totalmente lleno del Espíritu Santo y disfrutes de la vida en abundancia a la que el SEÑOR te ha llamado.- William McDonald- Jhon Gill

ORACIÓN: SEÑOR mío Jesucristo, eterno Sol de Justicia, ilumina con los rayos de la gracia de tu Espíritu los ojos de mi entendimiento, para que desde el lodo cenagoso de las ambiciones mundanas, de los deleites de la carne, malos pensamientos y amor de las riquezas terrenas, se eleve mi alma hacia Ti, haciendo de mi un odre nuevo, merezca ser lleno de tu Santo Espíritu, con pensamientos puros, meditaciones fervorosas, buenas obras y virtudes, te siga y sirva fielmente ayudado de tu gracia cuando me llamas con Sus divinas inspiraciones, y ya nada podrá separarme de Ti. Enciende en mi corazón el fuego de tu amor y con toda gratitud, que es lo que más te agrada a Ti; Haz que yo pecador arrepentido, experimente siempre en mí los efectos de tu gran misericordia mientras vivo en este mundo, hasta que en el Cielo te alabe eternamente.... Amen y Amen - Ludolphus