JULIO  17

02.07.2021

Oh SEÑOR, escucha mi Oración, Y llegue a Ti mi clamor. No escondas de mí tu rostro en el día de mi angustia; inclina hacia mí tu oído; el día en que te invoco, respóndeme pronto....Salmo 102:1-2

El suplicante sincero no se contenta con orar porque sí, por hacerlo; desea realmente alcanzar el oído y el corazón del Todopoderoso. Es un gran alivio en tiempo de aflicción dar a conocer a otros nuestra tribulación. Nos alivia el que ellos escuchen nuestros lamentos. Pero el mejor consuelo de todos, es tener a Dios mismo como oyente simpatizante de nuestra queja.

"No escondas de mí tu rostro en el día de mi angustia." El alma angustiada sabe cómo ha de orar. No necesita instructor. Su aflicción le enseña maravillosamente el arte de ofrecer oración. Para aprender a orar; veámonos como necesitados en fuerzas, en sabiduría, en verdadera felicidad, en fe como se debe, en consagración total, en conocimiento de las Escrituras y justicia.

" Inclina hacia mí tu oído; el día en que te invoco, respóndeme pronto...." Que el SEÑOR nos escuche no es un sueño, una ficción, sino un hecho fehaciente, aunque no responda como y cuando queremos, Él escucha. El tiempo designado por Dios es cuando el creyente cree profundamente, es más humilde, más adicto a los intereses de Dios, más sincero. Sin fe no somos aptos para desear misericordia; sin humildad no somos aptos para recibirla; sin afecto no somos aptos para valorarla; sin sinceridad no somos aptos para mejorarla. Los períodos de aflicción y angustia extrema contribuyen al crecimiento y ejercicio de estos calificativos." Stephen Charnock"

¡Oh mi hermano! Observa y medita cuánto poder y beneficios tiene la Oración: Con ella hallaremos todos los bienes que requiere nuestra vida espiritual. ¿ Qué tesoro, en qué tienda se puede hallar más riqueza que en la oración? ¡Oh camino seguro y descansado para llegar al SEÑOR! Todos los que tienen sed, vengan a esta fuente, y los que no tienen oro ni plata, dense prisa y vengan a esta mina y hallarán riquezas celestiales.

Vengan a esta fuente de la Oración a beber todos los afligidos y necesitados, tendrán consuelo y seguridad. Aquí lloran sus pecados los pecadores y serán justificados, los que tienen batallas espirituales en ella alcanzarán la victoria y su paz crecerá como río. En esta fuente de la Oración, los tibios serán avivados, los cargados y cansados recibirán alivio y descanso. Los hambrientos recibirán manjares del cielo y quedarán muy satisfechos, como el que disfruta de un banquete delicioso. Salmo 63:5

¿Deseas ser sabio? La Oración es el camino para la verdadera sabiduría. ¿Deseas ser sencillo y humilde? Con ella aprenderás la verdadera humillación. A ella están unidas la meditación de la Palabra de Dios, el ayuno, las vigilias y todo lo relacionado con la vida piadosa. ¿Qué más diré? Si quieres andar siempre consolado, fortalecido, confiado, alegre, en paz, anda siempre en espíritu de Oración,(1Tes. 5:18) y todo lo alcanzarás. " Luis de Granada