ENERO  17

02.01.2022

...El misterio escondido por siglos y generaciones pero ahora pero ahora se dio a conocer al pueblo de Dios. Pues él quería que su pueblo supiera que las riquezas y la gloria de Cristo también son para ustedes, los gentiles. Y el misterio es: Cristo en ustedes, esperanza de Gloria. Colosenses 1:26-27

"El misterio escondido" es que Dios Hijo, Jesucristo, puede habitar en nuestro corazón. "Habitare en ellos, y andaré entre ellos y seré su Dios y ellos serán mi pueblo." 2Cor. 6:16 No los dejaré solos, porque yo vivo ustedes también vivirán. Juan 14:19 Los creyentes que sobreviven a las batallas, a la monotonía, al caos de este mundo, son los que comprenden este misterio y viven en él. La presencia de Cristo en nuestro interior sostiene la esperanza de gloria que nos mantiene en marcha.

. "Pero ahora se dió a conocer a los que creen en Él, Dios quiso darnos a conocer las riquezas que es Cristo en nosotros, la esperanza de gloria. Es un misterio porque no es del todo comprensible para la mente humana; que Cristo Jesús está sentado a la diestra del Trono de Dios, en la sede del universo, y también morando en los cuerpos mismos de aquellos que le abrieron el corazón y están cumpliendo Su palabra. Él habita en nosotros: Con Cristo estoy juntamente crucificado; y ya no vivo yo, sino Cristo vive en mí y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, que me amó y se entregó a sí mismo por mí. Gálatas 2:20

" El que tiene al Hijo, tiene la vida(eterna); el que no tiene al Hijo de Dios, no tiene la vida".1Juan 5:12 Y tener al Hijo es que viva dentro de nuestro corazón: Pronunciando en él Sus palabras que son espíritu y vida. Juan 6:63 Llenándonos de la presencia de Dios. Inundados con un anticipo continuo de la gloria hacia dónde vamos. Dándonos poder para hacer la voluntad de Dios. "¡Cristo en nosotros, esperanza de gloria!" Cuando practicamos la presencia de Cristo en nuestro interior, tenemos comunión con él, caminamos con él y hablamos con él. ¿Cómo podemos negar la misericordia a los que nos rodean? ¿Cómo podemos hacer un trabajo de mala calidad, vivir en la lujuria, hundirnos en días enteros de autocompasión, cuando estamos en comunión con el Hijo del Dios viviente dentro de nuestros mismos corazones?

El poder de vivir en misericordia, amar a los demás, perdonar, reparar cuando hemos hecho daño a alguien, admitir la verdad cuando hemos pecado, mantener nuestros compromisos, permanecer fieles, incluso hasta la muerte, el poder para hacer estas cosas proviene de tener una relación viva con el SEÑOR Jesucristo que mora en nosotros. Pero, si, con el paso del tiempo, el SEÑOR que vino a morar en nosotros en nuestro renacimiento lo descuidamos. Como podrás decirle al Rey que venga y habite en tu hogar mientras tú prestas atención a otras cosas. Muchos de nosotros hemos hecho precisamente eso. Hemos perdido el contacto con el Cristo que mora en nosotros. Podemos orar, ayunar, ser expertos en la profecía bíblica, repetir muchos versos de la Biblia, enseñar a otros, pero aún así nuestra relación personal con Cristo se ha secado.

Cuando perdemos el contacto con Cristo que mora en nosotros, y los desplazamos por las preocupaciones del mundo, y el engaño de las riquezas, y los deseos de las demás cosas que ahogan la palabra, es decir a Cristo y se vuelve estéril, Marc.4:19 Si lo hacemos a un lado nuestra visión queda en blanco, perdemos nuestro camino, retrocedemos y nos rendimos al enemigo. Entonces, perdemos nuestra esperanza de gloria. El campo de batalla espiritual está sembrado con cuerpos mutilados de creyentes que perdieron la esperanza y se dieron por vencidos, porque dejaron a un lado a Cristo, perdieron el contacto con Él que moraba en ellos. Por eso, durante los días en que estuvo en la tierra con los discípulos, los estaba preparando para el tiempo en que no sólo estaría con ellos, sino en ellos.

"Ustedes están en mí, y yo en ustedes" Juan 14:20, ya no nos habla de fuera, sino de dentro. Comulgar con Jesús en el interior es dejar que estas palabras que él habla en nuestro interior, ahora son comprensibles, vivas, resplandecientes, claras, puras, dejar que estas palabras se conviertan en nuestra vida. "Cristo en nosotros, esperanza de Gloria" Él es la esperanza de gloria cuando estamos en relación con él... escuchándolo, cumpliendo su palabra. Jesús se ocupa de su lado de la relación. Él promete venir a nosotros... y viene... viene de nuevo mientras lees estas palabras... Dios nos ayude hoy y en los días venideros a conocer y morar en el misterio escondido por los siglos y las generaciones, pero ahora manifestado a sus hijos les dio a conocer las riquezas de la gloria de este misterio que es Cristo en nosotros, la esperanza de la gloria! - Richard E. Bieber