JULIO 1

13.10.2022

Entonces dijo Labán a Jacob: ¿Por ser tú mi hermano, me servirás de balde? Dime cuál será tu salario.... Así sirvió Jacob por Raquel siete años....Venida la mañana, he aquí que era Lea( no Raquel); y Jacob dijo a Labán: ¿Qué es esto que me has hecho? ¿No te he servido por Raquel? ¿Por qué, pues, me has engañado? Génesis 29:15 y 25


El negociante Jacob se encuentra con el negociante Labán, y se les ve haciéndose mutuos ataques de astucia, procurando engañarse el uno al otro. En cuanto a Labán, esto no nos debe sorprender, porque no había estado en Betel; no había visto el cielo abierto ni la escalera que llegaba desde la tierra al cielo; no había oído las promesas gloriosas de la boca del SEÑOR, prometiéndole la posesión de la tierra de Canaán y una posteridad sin número. Labán, cual hombre del mundo, no tenía más recursos que el espíritu bajo y codicioso, y de él hace uso. ¿Cómo se sacará lo puro de lo impuro? Pero no hay cosa más humillante que ver a Jacob, después de todo lo que había visto y oído en Betel, luchando con un hombre mundano y esforzándose en multiplicar bienes por medios tales como los que emplea.


¡Ay! No es cosa rara ver cómo los hijos de Dios se olvidan de su alto destino y de su herencia celestial hasta el punto de descender a la arena con los hijos del mundo para luchar con ellos por las riquezas y honores de una tierra herida por la maldición y el pecado. Tanto es así que, en el caso de gran número de personas, es difícil descubrir rastro del principio mencionado por Juan: el "nacido de Dios vence al mundo" (1 Juan 5:4). "Y El que dice que permanece en Él, debe andar como Él anduvo." (1 Juan 2:6)
Si se considerara y se juzgara a Jacob y a Labán según los principios de la naturaleza, sería difícil descubrir la menor diferencia entre ambos. Es preciso colocarse detrás de la escena y entrar en los pensamientos de Dios en cuanto a cada uno de ellos para ver en qué grado se diferencian el uno del otro. Pero fue Dios quien puso diferencia entre ellos y no Jacob; y lo propio sucede hoy día. Aun cuando sea difícil descubrirlo, existe una diferencia enorme entre los hijos de luz y los hijos de las tinieblas; una diferencia que se funda en el solemne hecho de que los primeros son «vasos de misericordia, que él preparó para la gloria», mientras que los últimos son «vasos de ira ya preparados» -no por Dios, sino por el pecado- «para destrucción» (Rom. 9:22-23)*. Los Jacob y los Labán difieren, han diferido y diferiran siempre, aunque los Jacobs dejen de comprender y manifestar su verdadero carácter y dignidad. -Charles Mackintosh


"¿Por qué, pues, me has engañado?" Significativamente, el engaño de Labán a Jacob es similar al del engaño que Jacob puso sobre Isaac, su padre y su hermano Esaú. Este es un ejemplo de Jacob cosechando lo que sembró. Jacob intercambió su juventud por la primogenitura y Labán cambió la primogénita por la joven. Cuando Jacob engañó a su padre, fingiendo que era su hermano Esaú; también hizo trampa a su hermano, Dios no cambió su plan para Jacob. Nos representa a todos nosotros. Como escogido de Dios, Jacob tenía su fin asegurado; la obra de Dios en él tenía, de antemano, un sello enteramente confiable. Pero, ¿qué diremos del largo proceso que debía seguir hasta llegar a ese fin? Lo llevó a la escuela de la vida para disciplinarlo: La huida temprana de su casa bajo la amenaza de su hermano, sus angustias de fugitivo, sus sufrimientos en casa de su tío Labán, sus largas noches a la intemperie como pastor de ovejas, sus temores en el reencuentro con Esaú, la muerte temprana de su esposa amada, la desaparición de su hijo predilecto, todo se confabula contra él. Sin embargo, todo fue calibrado con especial cuidado por Dios para producir finalmente uno de los caracteres más hermosos de la Biblia.


Podemos ver como Dios corrige a Jacob usa a Laban, pero de ninguna manera justifica el engaño de Labán. El hecho de que Dios quiere que todas las cosas nos ayuden a bien nunca excusa los actos malvados del hombre, Dios interviene siempre para bien. Esto demuestra que nuestra desobediencia no puede descarrilar el plan de Dios para nuestra vida, sino que afectará en gran medida la forma en que terminamos viviéndolo. Podrás pasar veinte (20) años trabajando para alguien como Labán, mientras Dios te enseña unas cuantas cosas para enderezar tus caminos y cumplir sus planes con tu vida. - David Guzik


¿Qué diremos de nosotros? ¿Será diferente nuestra situación? Nos conviene conocer los caminos de Dios con sus siervos para que no nos sorprenda la prueba de fuego, ni nos desalienten las dificultades que se nos presenten. La soberanía de Dios es la única explicación en la elección de Jacob. ¡Después de haber elegido Dios a Jacob, hay esperanza para todo hombre, por astuto y engañador que sea! Si Dios pudo hacer de Jacob un vaso de honra, puede hacerlo con cualquiera.