ABRIL 15

03.04.2023

"Ramillete de flores de alheña es mi Amado para mí en las viñas de En Gadi". Cantares 1:14

En la ladera de las montañas estaban los viñedos de En Gadi. Entre las más dulces, la planta de alheña del texto. Sus flores están en racimos agraciados y fragantes, simbólicos de Jesús. En Cristo hay una concentración de todas las gracias y virtudes, atributos, cualidades, toda dulzura y excelencia lo que hizo y lo que puede hacer por cada uno. En Jesús están contenidas todas esas bellezas atrayentes, esas excelencias, que se adaptan para ganar almas para Él, y para Dios en Él.

El ramillete de flores de alheña, es un símbolo de Cristo por su fragancia. Las flores de alheña tienen una fragancia agradable, mecida entre las manos llena de olor toda la casa, como el perfume costoso de nardo, Juan 12:3. Cristo es para cada creyente, el mejor y más fragante ramillete que se puede encontrar en los viñedos de En Gadi. El perfume de la gracia divina, atesorado desde la eternidad, se derramó en abundancia sobre la Palabra, el Verbo, cuando "se hizo carne y habitó entre nosotros". El nombre de Cristo es el nombre más dulce que jamás se haya pronunciado. "Su nombre es perfume derramado" Cant.1.3 Cristo es perfume difundido a lo largo y ancho, reviviendo a todos los que se acercan a Él con el olor de su perfume, trayendo vida y sanidad en sus alas.

¡Oh qué exquisito, raro y eterno perfume! Colócalo en la ventana de cada hambriento; "si alguno come de este pan, vivirá para siempre", Juan 6:51, plántalo en cada alma herida por el pecado, Él es medicina cuando se le invoca. "El castigo, por nuestra paz, cayó sobre Él, y por sus heridas hemos sido sanados". Isaías 53:5. Para gran pecado, gran perdón. Para heridas profundas, cirugía omnipotente. Para los oídos sordos, un otorrino Divino. Para los ojos ciegos, un oculista celestial. Para los muertos en pecado, el sobresalto de una gran resurrección. Pero, no debo particularizar esa clase de mal en este mensaje cuando todos necesitamos este reconstituyente, ya que todos nos hemos desviado.

He llevado este ramillete de alheña a la habitación del enfermo, después de que los médicos consultaron y dijeron que no había esperanza y que nada más se podía hacer, el alma se iluminó bajo este poderoso reconstituyente espiritual. No hay fiebre, ni neuralgia, ni enfermedad del cuerpo, que la gracia de Dios no ayude. ¡Oh, que sobre cada lecho de dolor esté el "ramillete de alheña de los viñedos de En-Gadi!". Deja sus hojas debajo de cada vida agonizante; todo revive en el Nombre de Jesús. Y en cuanto a mí, que lleve siempre en mi corazón, en mi mente, en mis acciones y sentimientos a Cristo, el "ramillete vivo de flores de alheña de los viñedos de En-Gadi". - T. De Witt Talmage

El ramillete de flores de alheña, es un símbolo de Cristo porque da color. Desde el Mediterráneo hasta el Ganges, la gente de Oriente recolectó esta flor, secó las hojas, las pulverizó y luego las usó como tinte para embellecer la ropa o su propia persona. Produce un tinte anaranjado, uno de los más brillantes de todos los colores; y así Jesucristo colorea todo lo que toca , no arroja negrura ni tristeza sobre el alma. Ilumina la vida, ilumina todo. Y si alguien tiene la gracia de Dios en su corazón, debe manifestarse en la vida.

"Ramillete de flores de alheña es mi Amado". El nombre de esta flor es muy significativo. Los rabinos mesiánicos tradujeron este verso así: "Mi amado es para mí el hombre que propicia todas las cosas". Y esta es una representación más verdadera y hermosa de Cristo. ". "Él mismo es el sacrificio(o propiciación) que pagó por nuestros pecados, y no solo los nuestros sino también los de todo el mundo". 1 Juan 2:2.Esto es lo que nuestro bendito SEÑOR hace por nosotros. Su Cruz es el tipo de ese árbol que Dios mostró a Moisés, cuando lo arrojó a las aguas amargas de Mara, hizo que esas aguas fueran dulces. La Cruz de Cristo es el endulzante de las aguas amargas de la vida. Bien, por lo tanto, la planta que lleva el nombre de "la propiciación" puede tomarse como un relato de Él.

Él es quien, por su gracia, se ocupa para que los cuidados de la vida, ya no molesten ni inquieten mi voluntad; y las perplejidades y misterios que debo enfrentar ya no confundan y venzan mi fe; y las tentaciones que contaminan mi alma, ya no me causen daño; y el pecado por el cual podría haber sido condenado, que permanezca en silencio para siempre contra mí; y la muerte y su corrupción, ya no tengan poder sobre mi. Todo esto es posible porque Él es mi propiciación. ¡Oh, el más dulce y bendito ramillete de flores de alheña! ¡Que embellezca mi hogar, mi vida, mi corazón! - J.D. Davies