JULIO 16

13.10.2022

"Si vivimos en el Espíritu, andemos también en el Espíritu". Gálatas 5:25.

La muerte de la carne es la vida del Espíritu. Si el Espíritu de Dios vive en nosotros, que gobierne nuestras acciones que son las evidencias de nuestra vida espiritual. Dijo Pablo: Porque el ocuparse de la carne es muerte, pero el ocuparse del Espíritu es vida y paz. Rom.8:6 El ocuparse de la carne conlleva a la aflicción y condena en el acto de estar dedicado a las pasiones corruptas. Entonces, los que están en la carne no pueden agradar a Dios. En esto vemos nuestra incapacidad para dejar de ser carnales con nuestras propias fuerzas, con el Poder del Espíritu Santo: ¡Aquí está la fuerza motriz para impulsar nuestra maquinaria! ¡Aquí está el poder vivificante de la primavera, que hará que las semillas enterradas dentro de nosotros broten en el jardín del SEÑOR! Es la obra del Espíritu Divino en un creyente, que resulta en completa victoria de la vida sobre la muerte tanto en el alma como en el cuerpo. En otras palabras, tenemos aquí el origen, el proceso y el resultado de la santificación de un creyente en Cristo. No tenemos necesidad de vivir sintiéndonos culpables, porque donde la vida de Jesús es forjada y sostenida en el corazón, por las incesantes comunicaciones del Espíritu Santo, se nos da la victoria sobre el pecado y la carne. El creyente se considera muerto al mundo, pero vive a cada impulso del Espíritu Santo de Dios. La vida, la paz y la rectitud habitan en el templo interior del corazón. -F.B.Meyer

"Las dos cosas más importantes de nuestra vida piadosa son la vida de fe y la conducta que da la fe por el Espíritu. Nunca hallarás la verdadera fe desligada de la verdadera piedad. Por otra parte, nunca hallarás una vida verdaderamente pura que no tenga por fundamento una fe viva en la justicia de Cristo y en el poder de Su Espíritu. ¡Ay de aquellos que buscan lo uno sin lo otro! Algunos cultivan la fe, pero se olvidan de vivir en pureza, no hay coherencia entre sus acciones y la fe que dicen practicar. Estos quizás estén muy arriba en ortodoxia, pero estarán muy abajo en la condenación, pues "detienen la verdad con injusticia". Se han esforzado por ser muy buenos religiosos, pero han negado la fe, por tanto, no andan en el Espíritu sino en la carne, a semejanza de los fariseos de la antigüedad, de quienes el Maestro, Jesucristo, dijo que eran "¡semejantes a sepulcros blanqueados! Por fuera lucen hermosos, pero por dentro están llenos de huesos de muertos y de toda inmundicia." Mateo 23:27.

"Si vivimos en el Espíritu, andemos también en el Espíritu". "Si vivimos en el Espíritu, andemos también en el Espíritu". Esto es cierto para todos los hijos de Dios. Dado que esto es así, que nuestro caminar sea coherente con Él, sin buscar otro poder motivador que no sea el del SEÑOR y su Santo Espíritu.. Desear el honor personal y mundano es justamente lo contrario de esto, porque tales motivos realmente ponen a Dios fuera de la vista. Entonces, el yo se envanece, una actitud sumamente desagradable para un cristiano, y produce todos los males; rivalidad, controversia, envidias en nuestras asociaciones unos con otros. -Leslie M. Grant

Andar en el Espíritu es tener fe, y con las acciones dar frutos del Espíritu. Dijo Pablo: «Tú tienes fe, y yo tengo acciones. Pues bien, muéstrame tu fe sin las acciones, y yo te mostraré mi fe por medio de mis acciones» Santiago 2:18 Este pasaje no solo se refiere a obras de misericordia, porque podemos hacer muchas obras de caridad sin tener una llevar una vida de pureza, que es la evidencia apropiada de la verdadera fe. Demuestras que tienes fe por tus frutos. Dijo Jesús: "Por sus frutos los conocerán." Mateo 7:16. La fe y la vida de pureza van juntas. La fe sin santidad es una fe muerta, porque el ocuparse de la carne es muerte. Por eso dice: "Sin Santidad nadie verá al SEÑOR". Heb.12:14 Y tanto la fe como la santificación provienen de Cristo y del poder de Su Santo Espíritu. Por tanto no procures una vida santa sin el Espíritu, será imposible. "Pongamos juntas la fe y la vida en el Espíritu, y ellas harán que nuestra piedad sea firme y permanente. Así como la luz y el calor proceden del mismo sol, la fe y la vida en el Espíritu están igualmente llenas de bendiciones; y, como los dos pilares del templo, están puestas para gloria y belleza. ¡Oh SEÑOR!, danos hoy vida interior que ande en el Espíritu y ella se manifestará en lo exterior para tu gloria." Spurgeon