MARZO  16

10.05.2022

"Las muchas aguas no pueden apagar el amor, ni los ríos pueden ahogarlo. Si un hombre tratara de comprar este amor con Todo lo que posee, su oferta sería totalmente despreciada". - Cantares 8:7

Este versículo describe el amor de Cristo, es el "amor que sobrepasa todo conocimiento". Ef.3:19 Es Él quien habla y dice: "Con amor eterno te he amado, y con misericordia te he atraído."Jer.31:3; "Los atraje con cuerdas de amor," Oseas 11:4; "Cristo amó a la iglesia y se entregó a sí mismo por ella" Ef.5:25. Jesús declara así su amor a su iglesia, y ella responde: "Ponme como un sello", no solo en tu corazón, sino también en tu brazo, Cant.8:6, tu interior y tu parte exterior, tu lugar de amor; tu lugar de fortaleza; tu lugar de consuelo y de paz. ¿Quién nos separará del amor de Cristo? Rom.8:35 Su amor es invencible e irresistible como la muerte; es un amor celoso, inexpugnable, invencible, más fuerte que la muerte. Su verdadera figura es la del fuego, brasas de fuego, la llama misma del SEÑOR. ¡Aquí, entonces, está el amor de Cristo! ¡Su ancho, largo, alto y profundidad son absolutamente inmensos,infinitos!

El amor de Cristo es ETERNO. No todo amor es duradero; pero el amor de Cristo sí lo es. Su amor es para siempre. El gran amor de Cristo está más allá del amor de un padre, de una madre, de un hermano-a o de un amante; es el único amor que sobrepasa el conocimiento; es el único amor que nada de lo que esté en la tierra, ni en el cielo, ni en el seol, ni ángeles,ni principados,ni poderes de las tinieblas puede extinguir o enfriar; es el único amor cuyas dimensiones están más allá de toda medida.

El amor eterno de Cristo, las muchas aguas de la VERGÜENZA Y EL SUFRIMIENTO buscaron apagarlo y las inundaciones de la angustia ahogarlo, pero no lo lograron: "Sálvame, Dios mío, que las aguas ya me llegan al cuello. Me estoy hundiendo en una ciénaga profunda, y no tengo dónde apoyar el pie. Estoy en medio de profundas aguas, y me arrastra la corriente....¡No dejes que me ahogue la corriente! ¡No permitas que me trague el abismo, ni que este pozo cierre sobre mí sus fauces!" Salmo 69:1-2-15 Habrían impedido su efusión y se habrían interpuesto (como Pedro) entre el Salvador y la cruz; pero este amor se negó a ser detenido en su camino hacia el Calvario; no se apagaría ni se ahogaría. ¡Allí está el amor! Superó todas las barreras en su camino; se negaba a ser extinguido o ahogado. Su fuego no se apagaría, su vida no se ahogaría.

.- Las aguas de la MUERTE buscaron apagarlo. Sus olas y oleajes pasaron sobre Cristo. La tumba buscaba enfriarlo o apagarlo; pero demostró ser más fuerte que la muerte. Ni la muerte ni la tumba pudieron alterarlo o debilitarlo. Salió de ambos tan fuerte como antes. El amor desafió a la muerte y la venció.

.- Las aguas de NUESTRA IMPERFECCIÓN no pudieron apagar ni ahogar el amor. En general, encontramos que el amor atrae a los amantes; y cuando ocurre algo indecoroso, se decepcionan y se retiran del objeto de su devoción. No es así con el amor de Cristo. Toda nuestra ineptitud y falta de amor no pudieron apagar ni ahogar su amor. Se aferró a lo desagradable y se negó a ser arrancado.

.- Las aguas de NUESTRA INCREDULIDAD buscaron apagarlo. Después de que el evangelio nos mostró que la indignidad personal no podía detener el amor de Cristo, continuamos rechazándolo a él y a su amor. Sin embargo, su amor superó esta incredulidad y sobrevivió a este rechazo. A pesar de todo, permaneció inextinguible.

.- Las aguas de NUESTRA INCONSTANCIA buscaban apagarlo. Incluso después de haber creído, constantemente nos estamos quedando cortos. ¡Ah, cuántas incoherencias, frialdades, rebeldías, tibiezas, dudas, mundanas y cosas por el estilo, fluyen diariamente sobre este amor para apagar su fuego y ahogar su vida! Sin embargo, sobrevive a todo; permanece inextinguible. Todos estos males infinitos en nosotros son como "muchas aguas"; como "inundaciones"; torrentes de pecado, olas y oleadas de maldad, ¡todos trabajando constantemente para apagar y ahogar el amor de Cristo! Y en verdad habrían aniquilado cualquier otro amor terrenal. Pero el amor de Cristo es inmutable y eterno.

.- EL AMOR DE CRISTO ES INCOMPARABLE. "Si un hombre intentara comprar este amor con todo lo que posee, su oferta sería completamente despreciada". Todas las posesiones materiales de un hombre son inútiles. El amor de Cristo no es una mercancía comercializable. No tiene nada que ver con el oro y la plata. El favor de Cristo no se puede comprar con dinero. Ama a Cristo no por sus dádivas, ámalo por lo que Él es e hizo por ti en la cruz, ámalo porque Él te ama sin condiciones. ¡Hagamos justicia a su amor gratuito! El amor de Cristo, ni antes ni después tiene nada que ver el oro. ¿Pagar a Cristo por amar? ¡Qué maldad, qué perversión! ¡El amor divino es totalmente gratuito!

Si se ofreciera todo el universo a Cristo con la condición de que dejara de amarnos, esto sería totalmente rechazado. ¿Quién o qué nos separará del amor de Cristo? Toda la tierra y el cielo juntos serían ineficaces para enfriar o apagar este poderoso amor. Aunque entreguemos nuestro cuerpo para ser quemado, de nada sirve sin amor. 1Cor.13:3 O qué puede decirnos Cristo por traerle regalos, ofrendas, oraciones, ayunos, lágrimas, dinero, ¡todo menos amor! Es amor lo que Él pide; es amor lo que necesitamos. Amor que debemos tener. El amor de Cristo verdaderamente sobrepasa todo conocimiento. Es infinito como Él mismo. Emerge de cada tormenta o inundación. Sobrevive a toda indignidad, incredulidad y rechazo. Esto es lo que llena el alma; que nos libera de la esclavitud; que nos alegra en la hora más dolorosa. El amor es el verdadero sol de la vida; y con este amor Cristo ha de llenar, no sólo el cielo, sino también la tierra, cuando venga de nuevo en su gloria....Amen. -Horatius Bonar