ENERO 1

Olvidando lo que queda atrás(el año que pasó)....Prosigo hacia la meta(Cristo) Filipenses 3:13-14
Uno de los dones gloriosos de Dios para la humanidad es la concesión de entrar a un año nuevo. Hay nuevas oportunidades y desafíos por delante. Está la oportunidad de volver a probar, de hacer un nuevo intento por realizar con éxito los deseos no satisfechos del año que terminó. La vida está llena de comienzos. Uno se detiene en la puerta y con mano vacilante extiende la cortina y mira hacia lo desconocido. En seguida da su primer paso a través del umbral del año nuevo. Ya es un año hermoso, porque este año es el año favorable del SEÑOR. Lucas 4:19
Mientras miras hacia los lejanos horizontes, y te preguntas que traerán los meses venideros, detente un momento para reflexionar en el viejo volumen de trescientos sesenta y cinco días que acabas de terminar. Sus páginas pueden estar manchadas por los errores, rotas por las intenciones, pero has avanzado algunas millas más hacia a la meta, hacia la cumbre. SEÑOR por muchos peligros, afanes y acechos he pasado, pero hasta aquí me has hecho llegar, mi necesidad tu gracia ha satisfecho, y tu gracia me lleva al cielo. No ha sido un logro nuestro. Grande ha sido la fidelidad de nuestro Padre. Sus misericordias han sido nuevas cada mañana. Lam.3:23 ¡El jamás falló!
Es parte de nuestra naturaleza el querer vivir en los ayeres de la vida, en los días que no volverán. Preferimos revivir las luchas, las penas, los desaciertos, los malos hábitos del pasado, y no enfrentar el futuro incierto. El pasado se pega de nosotros con tenacidad, y nos impide que avancemos.
Pasado, ¡aléjate y lánzate al mar profundo! ¡Que las aguas profundas te cubran! Porque yo vivo, tú has muerto; tú te has quedado yo avanzo para vencer. ¡Desata tus cuerdas! la noche llega. ¡El viento sopla, las velas desplega! Pasado, ¡desata tus cuerdas! ¡Fija el rumbo! ¡Es hora de zarpar!
Parados en el cruce de dos caminos hay una elección que debemos hacer, un camino que escoger, y debemos considerar cual. ¿Cómo pensamos vivir? ¿Repitiendo el pasado? ¿Viviendo en el pasado? ¿en lo que pudo ser y no fue? No veo el sendero, pero no me importa, porque sé que el SEÑOR ve el camino y yo lo veo a Él. Simplemente prosigo hacia la meta, Cristo, con tal ardor, que corro hacia Él con los brazos extendidos, no temo de lo porvenir porque adelante me espera un destino deslumbrante con Cristo. Debemos fijar los ojos en Él, al enfrentar este nuevo año. -L.B.Cowman
"Comieron de los frutos de la tierra de Canaán aquel año". Josué 5:12 Desechemos todo temor y regocijémonos con gran gozo en la esperanza de que cada día de este año estaremos tomados de la mano del SEÑOR pase lo que pase, venga lo que venga. Una parte del ejército permanecerá este año en la tierra para servir al SEÑOR. Si ésta fuere nuestra suerte, no hay razón porque este texto no sea verdadero aun en este caso. Entramos en el reposo los que hemos creído. El Espíritu Santo es la garantía de nuestra herencia; la gloria que él nos da, comienza aquí. Los que residen en el cielo están seguros, y los que estamos en la tierra somos preservados en Cristo. Allí ellos triunfan de sus enemigos, y nosotros aquí también obtenemos victorias.
Los espíritus celestiales tienen comunión con el SEÑOR, y nosotros también la tenemos. Ellos cantan sus alabanzas, y nosotros también gozamos de este privilegio. Nosotros recogeremos este año frutos celestiales en la tierra, donde la fe y la esperanza han hecho al desierto semejante a un jardín del SEÑOR. El hombre comió antiguamente Maná, alimento del cielo. ¡Que la gracia nos enseñe a alimentarnos cada día de Jesús, de modo que podamos este año comer de los frutos de la tierra de Canaán! - C. Spurgeon