JULIO 13

02.07.2021

Estamos atribulados en Todo, pero no angustiados; en apuros, pero no desesperados; perseguidos, pero no desamparados; derribados, pero no destruidos; siempre llevamos en el cuerpo, y por todas partes, la muerte de Jesús, para que también la vida de Jesús se manifieste en nosotros. 2 Corintios 4:8-10

Prevalece la idea de que el poder de Dios en la vida del cristiano le eleva sobre toda clase de pruebas y conflictos. El hecho es, que el poder de Dios siempre lleva consigo un conflicto y una lucha. Pensamos que Pablo en su gran viaje misionero a Roma, sería guardado por alguna providencia sobre el poder de las tormentas, de las tempestades y de sus enemigos. Pero al contrario, fue una larga y dura lucha de persecución por los judíos, de terribles tempestades, de serpientes venenosas y de lucha contra todos los poderes de la tierra y el infierno, y al fin fue salvado por el margen más estrecho, nadando a tierra a la Isla de Malta sobre uno de los residuos del barco naufragado, escapando milagrosamente de una muerte segura; Debido a la intervención de un Dios de poder infinito. Sí, sin duda alguna.

Y así Pablo nos dice que cuando recibió al SEÑOR Jesucristo como la vida de su cuerpo, inmediatamente le sobrevino un terrible conflicto. En verdad, un conflicto que nunca terminó, una presión persistente, pero de la cual siempre salió victorioso por medio del poder de Jesucristo, por eso dijo: "Estamos atribulados en todo, pero no angustiados; en apuros, pero no desesperados; perseguidos, pero no desamparados; derribados, pero no destruidos; siempre llevamos en el cuerpo, y por todas partes, la muerte de Jesús, para que también la vida de Jesús se manifieste en nosotros." ¡Qué lucha tan incesante y dura!

Nos muestra este pasaje cinco cuadros: En el primero: " atribulados en todo, pero no angustiados", se representa la idea de numerosos enemigos oprimiendo por todas partes, pero no obstante, sin vencerle, porque el poder del cielo hace una abertura lo suficientemente amplia en el camino para que pueda salir.

El segundo cuadro: "en apuros, pero no desesperados", es el de una persona cuyo camino parece estar completamente cerrado, pero sin embargo lo ha atravesado y existe la luz suficiente para mostrarle el próximo paso.

El tercero: "perseguidos, pero no desamparados;" representa a un enemigo que persigue violentamente, mientras que el divino Protector aún continúa al lado del perseguido. Podemos decir "Perseguidos pero no abandonados.

"El cuarto: "derribados, pero no destruidos;" es aún más vívido que dramático. El enemigo le ha alcanzado, herido y derribado. Pero no es un golpe mortal; él puede levantarse nuevamente. Podría traducirse, "Derribado, pero no vencido."

El quinto: Avanza aún más y ahora parece que se trata de la misma muerte. "Llevando siempre por todas partes la muerte del Señor Jesús en el cuerpo." Pero él no muere, porque "también la vida de Jesús" viene ahora en su ayuda y él vive en la vida de otro, hasta que ha cumplido el propósito de Dios en su vida.

La razón por lo cual muchos fracasan en esta experiencia de sanidad Divina, es porque esperaban pasarla muy cómodos sin tener que luchar, y cuando llega el conflicto y se alarga la batalla, se desalientan y retroceden. Dios no posee nada que sea digno de obtenerse de manera fácil. En el mercado celestial, no existen artículos baratos. Nuestra redención costó todo lo que Dios más amaba, y todo lo que vale la pena cuesta caro. Los lugares difíciles, son las verdaderas escuelas de la fe y del carácter, y si nosotros vamos a elevarnos sobre la mera fortaleza humana y probar el poder de la vida divina en estos cuerpos mortales, tiene que ser por medio del proceso de un conflicto, que pudiera muy bien ser llamado, el parto doloroso de una nueva vida.Tú, amado hijo de Dios que estás sufriendo, tú no puedes fracasar si solamente te atreves a creer, si permaneces firme con la mirada puesta en Cristo, resistirás y no serás vencido. Dios cuidará de ti y te fortalecerá en medio de las dificultades.