JUNIO 12

"Por mi parte, pondré la mirada en el SEÑOR, y esperaré en el Dios de mi salvación ¡Mi Dios me escuchará! " Miqueas 7:7
La oración simplemente es un correo que enviamos de la tierra al cielo para pedir socorro a Dios en nuestra necesidad, tentación y prueba. ¡Cuántas veces ocurre que desfalleciendo t nuestras fuerzas y estando apunto de entregar las llaves del consentimiento al pecado, este correo nos trae nuevas fuerzas y socorro del cielo! ¡Cuántas veces ocurre que estando ya el corazón decaído con la carga de la tribulación, sentimos que nuestro espíritu desfallece, entonces, clamamos a Dios y somos renovados por este medio de gracia! Esto es lo que hace la oración cada día.
Y Moisés, Josué, Gedeón, Jefté, Ezequías, Josafat, Asá, y finalmente todos los grandes amigos de Dios, lucharon y triunfaron con las armas de la oración! Y la Palabra de Dios y la oración, son las armas del cristiano contra todos los enemigos visibles y invisibles , a estas se refirió el Apóstol Pablo cuando dijo: "Las armas de nuestra milicia no son carnales, sino poderosas en Dios para la destrucción de fortalezas." 2 Cor. 10:4 David no se conformó con pedir fortaleza para la batalla, sino también que también pidió que el SEÑOR tomara las armas y estuviera presente en ella, diciendo: "Echa mano del escudo y del pavés, y ven pronto en mi ayuda." Salmo 35:2 Y también dijo: "Las redes de la muerte surgieron ante mí. En mi angustia invoqué al SEÑOR, Y clamé a mi Dios; Desde Su templo oyó mi voz, Y mi clamor delante de Él llegó a Sus oídos." Salmo 18:5-6 Mira qué buen mensajero fue David, que con tal prontitud caminó de la tierra al cielo, y desde allá trajo tan repentino y acelerado socorro.
Sigamos el ejemplo de David que no se conformó con pedir fortaleza para la batalla, sino también que también pidió que el SEÑOR tomara las armas y estuviera presente en ella, diciendo: "Echa mano del escudo y del pavés, y ven pronto en mi ayuda." Salmo 35:2 Y también dijo: "Las redes de la muerte surgieron ante mí. En mi angustia invoqué al SEÑOR, Y clamé a mi Dios; Desde Su templo oyó mi voz, Y mi clamor delante de Él llegó a Sus oídos." Salmo 18:5-6 Mira qué buen mensajero fue David, que con tal prontitud caminó de la tierra al cielo, y desde allá trajo tan repentino y acelerado socorro. Con cuánta razón nos enseña el Salvador diciendo: "Es necesario orar siempre y nunca desfallecer." Lucas 18:1.
"¡Oh humilde oración! tú tienes poder ante el reino de los cielos; tú no temes entrar ante la presencia del Juez Divino, y allí pones silencio a todos tus acusadores: no hay para ti puerta ni cerradura, y aunque entres sola, nunca vuelves vacía. Vences las fuerzas del mal, liberas las manos del Omnipotente, e inclinas a todo lo que quieres al Hijo de Dios. Así lo dice la Escritura, y podemos comprobar claramente la eficacia y poder de la oración. Dijo Josué al SEÑOR en presencia de todo el pueblo: «Sol, detente en Gabaón, luna, párate sobre Ayalón," Josué 10:12, y el SEÑOR escuchando su voz respondió, entonces, "el sol y la luna se detuvieron, hasta que Israel se vengó de sus adversarios." Josué 10:13-14
Los santos tanto del Antiguo como del Nuevo Testamento se dieron a la oración: Moisés estuvo cuarenta días y cuarenta noches derribado ante la presencia del SEÑOR, haciendo oración por los pecados de su pueblo. El rey David, entre tantas ocupaciones que exige el oficio de reinar, hallaba siete veces al día tiempo para alabar á Dios y hacer oración Salmo 119:164. Daniel se arrodillaba tres veces al día, y oraba y daba gracias delante de su Dios, como acostumbraba hacerlo. Daniel 6:10 Y el Santo de los santos, Jesucristo, sin tener para sí necesidad oraba para dejarnos ejemplo. Con ella comenzó la predicación del Evangelio, orando y ayunando cuarenta días en el desierto, y con ella se ofreció a la pasión, haciendo tres veces oración en el huerto y convidando a sus discípulos al mismo ejercicio para fortalecerse en aquella hora de peligro. Los cristianos de la Iglesia primitiva hicieron oración y por medio de ella se dispusieron para recibir al Espíritu Santo, y después de haberlo recibido perseveraban en oración. Hechos 2:42 "Sepan, pues, que el SEÑOR ha apartado al piadoso para sí; El SEÑOR oirá cuando yo a él clamare." Salmo 4:3
Dijo Jesús a Marta: "Afanada y turbada estás con muchas cosas." Pero SOLO UNA COSA ES NECESARIA." Lucas 10:41 Esta sola cosa necesaria, es la que escogió María, estar a Sus pies escuchando su voz. Siendo la oración aquella "sola cosa necesaria" de la que habló nuestro Maestro Divino; el verdadero cristiano debe cuidar y ordenar de tal manera las actividades de su vida diaria, que siempre pueda tener tiempo para estar con el SEÑOR. Porqué un cristiano sin oración, es como un soldado sin armas, un escritor sin pluma, o un cirujano sin instrumentación. También David deseó y pidió UNA SOLA COSA: "Estar en el templo del SEÑOR todos los días de mi vida, para adorarlo en su templo ( que es mi corazón) y contemplar su hermosura." Salmo 27:4- "Porque no hay cosa que más dulcemente se sienta en esta vida, ni que más alegremente se reciba, ni que así aparte el corazón del amor de las cosas del mundo, ni que así esfuerce el ánimo contra las tentaciones, ni que así despierte al hombre á toda buena obra y trabajo, como la gracia de la contemplación, que es la misma oración interior." -Bernardo
"La oración es unión del alma con Dios, madre de la gracia, perdón de los pecados, puente para pasar las tribulaciones, muro para resistir á las tentaciones, cuchillo para vencer en las batallas, principio de la alegría del cielo, obra que nunca se acaba, fuente de la piedad, ministra de las gracias, mantenimiento del alma, luz del entendimiento, destierro de la desconfianza, estribo de la esperanza, arma contra la tristeza, riqueza y tesoro de la vida escondida en Cristo. Levantémonos en oración y estando estando en presencia del SEÑOR lo oiremos decir: "Vengan a mí Todos los que están trabajados y cargados, que hallarán descanso para sus almas y medicina para sus heridas." -Clímaco
Si la oración es tan importante y trae tantos beneficios al alma y a nuestras vidas, pidamos al SEÑOR que nos conceda esta gracia, tener un espíritu de Oración, porque por medio de ella se alcanza pureza de conciencia, que eleva al hombre sobre sí mismo y lo hace partícipe de la naturaleza divina. El que tiene comunicación constante con Dios se llena de sabiduría. Porque si los que suelen hablar y tratar con sabios, en poco tiempo se hacen sabios, ¡qué diremos de los que siempre hablan con Dios! ¡Oh cuánta sabiduría, cuánta piedad y devoción, bondad, dominio propio trae consigo la Oración! Por eso: " Por mi parte, pondré la mirada en el SEÑOR, y esperaré en el Dios de mi salvación ¡Mi Dios me escuchará! " Miqueas 7:7 - Luis de Granada
ORACIÓN: Oh Dios, que por tu Hijo, Nuestro Señor Jesucristo, prometiste enviarnos al Espíritu Santo para inflamar nuestros corazones y, por medio de su gracia, volvernos hijos tuyos en Cristo Jesús, te rogamos derrames sobre nosotros la unción para que nuestra alma anhele ardientemente en tu presencia y desee con ansias estar en los atrios del SEÑOR. Salmo 84:2 ¡Ven Espíritu de Dios, pues con tu aliento que fácil es orar! Abriré mis labios y tu los llenarás de oración. Salmo 81:10 "Abre mis labios, oh SEÑOR, para que mi boca anuncie tu alabanza." Salmo 51:15
¡Úngeme con el fuego del amor divino, abraza mi mente y mi corazón con tu Presencia ardiente! ¡Penetra en todo mi ser y enciéndeme! ¡Disipa la oscuridad de mi alma! Divino Espíritu ayúdame hacer siempre tu voluntad y perseverar en la fe. Palabra Viva, lléname del fuego de tu palabra. Dame tu conocimiento hasta que comprenda que es mejor es pasar un día en tus atrios que mil fuera de ellos; prefiero cuidar la entrada de la casa de mi Dios que vivir en lugares de maldad. Salmo 84:10 Fuego divino, unge mis labios y purifícalos, para que mi oración sea ante ti como una ofrenda de incienso, Salmo 141:2. Crea un espíritu recto dentro de mi, que mi corazón diga de Ti: "Tu rostro buscaré, oh SEÑOR." Salmo 27:8 Haz que arda mi corazón por ti. y que sea tu santo templo donde tu puedas morar. Limpia mi alma con el agua viviente de tu gracia. Destruye la aridez de mi alma; transfórmame en una fuente de agua viva que fluya para la vida eterna! D.A.