SEPTIEMBRE 1

18.09.2021

"Seré a Israel como el rocío; florecerá como lirio, y extenderá sus raíces como los cedros del Líbano." Oseas 14:5

Esta promesa que describe el profeta como rocío copioso que hace reverdecer el desierto, no es solo para Israel; es para todo el pueblo de Dios. Si consideramos la naturaleza del clima, y la necesidad de rocío en un país tan caluroso, no solo sirve para refrescar, sino también para preservar la vida. Y si también consideramos la belleza de los lirios, la fragancia de los cedros que crecen en el Líbano, la hermosa apariencia que se extiende de los olivos, la sombra refrigerante y estimulante de tales árboles, y el olor aromático exhalado por los cedros; entonces, entenderemos en parte, el poder de la comparación aquí empleada por Oseas.

La suavidad del rocío es figura de la unción del Espíritu Santo, la prueba de nuestra unión con Cristo, y Su Evangelio. Es tan benéfico como esencial para preservar la vida espiritual; trae bendiciones abundantes como las gotas de rocío. Así como el rocío refresca el aire, ablanda y humedece la tierra sedienta. La unción del Espíritu Santo, enfría el calor abrasador de las pasiones y malos deseos de los hombres, ablanda el corazón, lo prepara y hace apto para recibir la buena semilla de la Palabra de Dios, y hacerlo fructífero. Adam Clarke

El rocío es una fuente de frescura. Es la provisión de la naturaleza para renovar la superficie de la tierra. Cae de noche, y si no fuese por él, la vegetación moriría. Este gran valor del rocío es el que se reconoce con mucha frecuencia en las Escrituras. Se usa como símbolo de refrigerio espiritual. Lo mismo que la naturaleza está bañada de rocío, así también el SEÑOR renueva a los Suyos. "La renovación del Espíritu Santo." Tito 3:5, el mismo pensamiento de refrigerio espiritual lo encontramos relacionado con el ministerio del Espíritu Santo.

Muchos cristianos no se dan cuenta de la importancia del rocío celestial en sus vidas, y como consecuencia, carecen de frescura y vigor. Sus espíritus desfallecen por falta de rocío. Es una locura pretender trabajar sin comer. ¿Reconoces también la locura del siervo de Dios que trata de ministrar sin haber comido del maná celestial? No es suficiente que tomes alimento espiritual de vez en cuando. Diariamente debes recibir la renovación del Espíritu Santo.

Tú sabes cuando toda tu existencia se mueve con el vigor y frescura de la vida divina, y cuando te sientes cansado y consumido. La quietud, esto es el tiempo en oración, la meditación en la Palabra de Dios, y absorción del corazón de ella, traerán el rocío: Goteará como la lluvia mi enseñanza; Destilará como el rocío mi razonamiento; Como la llovizna sobre la grama, Y como las gotas sobre la hierba Deut.32:2 Por la noche cuando las hojas reposan, los poros de los vegetales se abren para recibir el baño refrigerador y fortaleciente, así también el rocío Espiritual viene a nosotros cuando permanecemos quietos por cierto tiempo en la presencia de Nuestro Maestro, Cristo.

La prisa te impedirá que recibas el rocío. Mientras hace calor o viento el rocío no se produce. Para ello la temperatura debe disminuir, el viento debe cesar y el aire tiene que llegar a un cierto estado de frescura y reposo, de un reposo absoluto, por así decir, antes de que pueda dar sus partículas invisibles para rociar la hierba o la flor. De la misma manera la gracia de Dios no llega a consolar el alma del hombre, hasta que no se ha alcanzado serenamente y por completo el estado de reposo que se debe. Espera delante de Dios hasta que te sientas saturado con Su presencia y después cumple con tus demás deberes renovado con la frescura y vigor de Cristo y Su Santo Espíritu. - Dr. Pardington.

"Fluirá como río, como lluvia caerá, cual rocío los montes y valles cubrirá, y la gloria del SEÑOR por doquier nos cubrirá y El Espíritu de Dios vendrá...."