JUNIO 1

No murmuren contra Dios, como lo hicieron algunos y sucumbieron a manos del ángel destructor. 1Cor.10:10
LA
AMARGURA IMPIDE LA BENDICIÓN: La amargura,murmuración o queja contra
Dios por las cosas malas que suceden, las adversidades de la vida.
Culpan a Dios de todo lo malo, y nunca el dedo señalador se vuelve hacia
sí mismos. Isaías crítica a los que hacen de su oración un pliego de
reclamaciones: "¡Ay de aquel que discute con su Hacedor!
El barro
no le pregunta al alfarero: "¿Qué es lo que haces?" Acaso le dice:¿Tu
obra no está hecha con destreza?" (Isaías 45:9). La queja de la vasija
de barro consiste en decirle a Dios: "Sí, ya sé que has creado unos
cielos y una tierra maravillosos, pero conmigo te has estrellado."
El pueblo de Israel murmuró contra Dios en su travesía por el desierto, y por eso muchos de ellos no lograron ver ni llegar a la tierra prometida. Porque la murmuración mata la fe del que murmura, la esperanza, lleva a una visión negativa de toda la realidad. Y vemos que no pudieron entrar a causa de la incredulidad. Hebreos 3:19 Por eso la Biblia compara la lengua con toda clase de instrumentos mortíferos: como veneno de serpiente (Sal.140:3), navaja afilada (Sal. 52:2 y Sal.64:3), espada de acero (Sal 57:4) .
Hay que distinguir entre la "queja" y el "quejido". La queja, es el reclamo intemperante, lleno de resentimiento, tiene efectos destructivos, y nunca obtiene un buen resultado. En cambio el quejido es muy distinto de la queja. Es un lamento, un "ay", un desahogo. ¿Cómo no se nos va a permitir desahogar nuestro sufrimiento ante Dios?
Normalmente las personas que se quejan de Dios en la oración, suelen pasarse la vida también quejándose de los demás. Encuentran defectos en todo lo que les rodea. De la persona que habla mal de todo el mundo. Concluimos que una persona así está llena de amargura y resentimiento. Dicen los médicos que cuando la boca de alguien huele mal, es señal de que el hígado o el estómago no funcionan bien. Asimismo, cuando alguien usa un lenguaje negativo, es señal de que su corazón está enfermo por el rencor y el odio. Dice el apóstol Pablo: No murmuren contra Dios, como lo hicieron algunos y sucumbieron a manos del ángel destructor. 1Cor.10:10 La murmuración nos hace caer ante el poder del Exterminador. ¡Qué poder de exterminio tiene en nuestra vida!
Los israelitas pudieron haber experimentado la gloria de Dios tal como Moisés lo hizo. El SEÑOR quería acompañarlos hasta la Tierra Prometida, pero la amargura que ellos tenían lo impidió: Ni murmuren contra Dios, como lo hicieron algunos y sucumbieron a manos del ángel destructor. 1Cor.10:10 Había sucedido antes. Cuando no tenían agua en el desierto, el pueblo puso a prueba a Dios. El idioma hebreo original sugiere un "martillo" o un "mazo", dando a entender que lo juzgaron y lo sentenciaron.
¡Qué
acto tan horrible, especialmente para un pueblo tan bendecido por Dios!
En un momento en el que pudieron haber confiado por fe, se quejaron;
pero aun así, la misericordia de Dios permanecía. A pesar de su pecado,
Dios le dijo a Moisés que golpeara la roca con su vara; y el agua brotó.
Esa roca representa a Jesucristo, recibiendo la ira del juicio por
nuestros pecados. Luego, Dios les ofreció el agua viva: "Bebían de la
roca espiritual que los seguía, y la roca era CRISTO" (1 Corintios
10:4).
La
gloria de Dios ha sido revelada plenamente en Jesús; los ríos de agua
viva fluyen hacia nosotros continuamente desde Su Espíritu que mora en
nuestro interior. El favor máximo de Dios no está en las cosas, sino en
Su presencia, y Él no nos priva de ella.
¿Qué es lo que tu corazón anhela? ¿Es tu mayor sueño, una meta económica, un deseo material o es la esperanza de la gloria de Dios que transforma todo en la vida? Él te ha bendecido abundantemente con Su favor ilimitado. Sin embargo, hay más por conocer de nuestro gran Dios que sólo bendiciones terrenales. Él quiere que conozcas Su gloriosa Presencia en todos los aspectos de la vida.