ABRIL 11

SEÑOR, pon guarda a mi Boca; vigila la puerta de mis labios Salmo 141:3
David no quería que la misma boca que se utilizaba como incienso fuera utilizada para mentir o para cosa mala. Él le pidió a Dios guarda la puerta de mis labios, de manera que no pudiera decir cosas malas. Siendo mis labios naturalmente la puerta de mis palabras, dejemos que la gracias sea la que cuide esa puerta, para que no salga ninguna palabra que pueda en cualquier manera deshonrar a Dios, o lastimar a los demás.
" La boca es el instrumento principal en la causa de Dios; pero también es la máquina central del diablo; dásela, y no pide nada más; no hay maldad que no sea cometida por ella (contiendas, chismes, palabras deshonestas, mentiras, falsedades). David sabía que estaba en peligro de transgresión, se dio cuenta de que podía errar con su boca, ¿ Y nosotros vamos a presumir que estamos seguros? Nuestro peligro resulta de la corrupción de nuestra naturaleza. «Engañoso es el corazón sobre todas las cosas, y perverso»; Jer.17:9 y ¿Quién puede sacar algo limpio de lo sucio?
No hay pecado del que sea más culpable la humanidad, en conjunto, que de los desórdenes en el hablar. Con todo, estamos rodeados de ellos constantemente; y acostumbrados a ellos desde la infancia. Estamos en peligro cuando hablamos de más. «En las muchas palabras no falta pecado.» Prov.10:19 Por necesidad hablamos con frecuencia; pero muchas veces hablamos sin necesidad. El deber nos llama a mezclarnos con nuestro prójimo; pero estamos muy poco en el aposento alto, en oración y demasiado entre la gente, y cuando estamos en compañía olvidamos la advertencia de Dios: «Sean prontos para oír, y tardos para hablar.» Sant.1:19
La Biblia nos enseña esta verdad, no sólo doctrinalmente, sino también históricamente. Los ejemplos de hombres buenos, y hombres eminentes en piedad, confirman esto: Moisés, el más manso de todos los hombres, "habló con poco juicio con sus labios". Has oído de la paciencia de Job, pero Job «maldijo el día en que nació»; y Jeremías, el profeta del SEÑOR, hizo lo mismo. Y Pedro dijo: «Aunque todos se aparten por causa de Ti, yo nunca me apartaré». Jesús le dijo: «En verdad te digo que esta misma noche, antes que el gallo cante, me negarás tres veces». Mateo 26:33-34 Pero ¿Qué uso hizo de la lengua unas pocas horas después? «empezó a maldecir y a jurar, diciendo: ¡No conozco a este hombre! " Wm. Jay
Que el SEÑOR guarde nuestra boca, aunque es muy difícil para las víctimas de la injusta persecución frenar su lengua y someterse en silencio y sin quejarse de las ofensas. Que podamos seguir el ejemplo de Jesús ante Pilato: Angustiado él, y afligido, No abrió su boca. Isa. 53:7 Al comenzar cada mañana que sea nuestro propósito acudir al apoyo y amor de Dios, para que nos guíe en todo lo que decimos, y no dejarnos llevar por la ira, para que nuestra boca no pronuncie nada indebido, ofensivo e hiriente, siguiendo el consejo de Pablo: Eviten toda conversación obscena. Por el contrario, que sus palabras contribuyan a la necesaria edificación y sean de bendición para quienes escuchan. Efe. 4:29"
La naturaleza hizo los labios para que fueran una puerta para mis palabras; que la gracia guarde esta puerta; que no permita que salga ninguna palabra que pueda tender a deshonrar a Dios, dañar y herir a otros." Matthew Henry