MAYO  10

08.07.2022

El SEÑOR está en Su santo templo, El trono del SEÑOR está en los cielos; Sus ojos ven, Sus párpados examinan a los hijos de los hombres. Salmo 11:4


"El SEÑOR está en Su santo templo". Los cielos están por encima de nuestras cabezas en todas las regiones de la tierra, y así el SEÑOR se halla siempre cerca de nosotros en todo estado y condición. Esta es una razón muy poderosa para que no aceptemos las viles sugerencias de la desconfianza. Allí está Cristo que invoca su preciosa sangre en favor nuestro en el templo, y allí está Dios Padre en el trono que no está nunca sordo a la intercesión de Su Hijo. ¿Por qué, pues, hemos de temer? ¿Qué planes e intrigas puede imaginar el hombre, que Jesús no pueda descubrir?


"El trono del SEÑOR está en los cielos." Si confiamos en este Rey de reyes, Él puede librarnos. Sí, bendito sea nuestro SEÑOR y Dios, qué podemos saludarle como Nuestro Dios-Nissi, Nuestro Estandarte, en Su nombre enarbolamos nuestras banderas, y, en lugar de huir, proclamamos que somos más que vencedores en Él. -C.H.S.


"SUS OJOS VEN." Dios no escudriña como el hombre, inquiriendo en lo que estaba antes escondido de él; la misma vista de Dios es escudriñadora. Él ve el corazón: "Pues Dios ve no como el hombre ve, pues el hombre mira la apariencia exterior, pero el SEÑOR mira el corazón." 1 Samuel 16:7 En Apocalipsis 1:14, en que se describe a Cristo, se dice que sus ojos son como llama de fuego; lo cual denota la omnisciencia de Cristo para investigar y descubrir las maquinaciones, esquemas y dispositivos secretos de los enemigos del SEÑOR contra Su pueblo, y su obra en favor de ellos. Sus ojos, como una llama de fuego, ya sabemos que la propiedad del fuego es poner a prueba las cosas que a él son sometidas, y el separar la escoria del metal puro; así, también, los ojos de Dios son como fuego, para probar y examinar las acciones de los hombres. Es un Dios que puede ver a través de las hojas de higuera de nuestras palabras con que profesamos, y discernir la desnudez de nuestros deberes por medio de ellas. Ezequiel Hopkins


"SUS PÁRPADOS EXAMINAN a los hijos de los hombres," como un juez somete a prueba a un reo con sus ojos y lee los caracteres de maldad impresos en su rostro. En el gran pavor descrito en Apocalipsis 6:16, todos los que huyen piden poder esconderse de la mirada de Aquel que está sentado en el trono: Y decían a los montes y a las peñas: "¡Caigan sobre nosotros! ¡No dejen que nos mire el que está sentado sobre el trono! ¡Escóndannos de la ira del Cordero! ". La maldad no puede resistir la observación de ningún ojo, y mucho menos del ojo de la justicia, Cristo, el Cordero de Dios. Es muy difícil no mostrar la culpa del corazón en el rostro, tan difícil como dejar de verla. Joseph CarylAl respecto dice el libro de Crónicas: "Porque los OJOS DEL SEÑOR recorren toda la tierra para fortalecer a aquellos cuyo corazón es completamente Suyo." 2 Crónicas 16:9 Los ojos de su omnipresencia están en todas partes, y los ojos de su misericordia y bondad, de su cuidado y providencia, están aquí y allá, y en todos los lugares de todo el mundo a la vez, para fortalecer, apoyar, suministrar, proteger y defender a los que creen sinceramente en Él y cuyo corazón han consagrado totalmente a Él. -John Gill

Los ojos de Cristo, Nuestro Salvador, son: Ojos que se inclinan para escribir mi nombre en el polvo, perdonarme todos mis pecados, y restaurarme con su mirada. (Jn 8:9-11)
Ojos que lloran la pérdida de su amigo, lágrimas que escriben ríos de amor en cada uno de nuestros corazones. Te amé y lloré por ti. Te amo y lloro por ti y contigo (Jn 11: 35)
Ojos que desde lo alto de la cruz reflejan el cielo, la salvación y gritan con amor eterno: "en verdad te digo que hoy estarás conmigo en el paraíso" (Lc. 23, 43: )
Ojos que que penetran corazones y resucitan vidas muertas por el pecado.(Juan 11:43)
Ojos que con palabras de vida eterna atraen la voluntad como un imán y crean discípulos incondicionales (Mt 9: 9: "viéndolo le dijo sígueme...",)
Ojos que abrazan, que simplemente son ventanas a un corazón de niño, que con sencillez y gozo pide que los niños se acerquen a Él porque de ellos y de su sencillez, es el Reino de los cielos (Lc 18:16)
Ojos que perdonan, que cruzan miradas, aceptan límites, renuevan esperanzas. Ojos que traspasan corazones, que perdonan y acogen 70 veces 7, es decir, siempre (Mt. 18: 21-22)
Ojos que siembran, que riegan, abonan y esperan hasta que la mies esté lista para la cosecha. (Mt. 13)
Ojos que buscan la oveja perdida, la persiguen hasta encontrarla para que no se pierda. (Lc 15:3-7) Pastor que guía su rebaño con Sus ojos de bondad y compasión (Jn 10)
Ojos que presentan su cuerpo y su sangre al Padre anticipadamente. Ojos que se ven reflejados en el sacrificio, que gimen y lloran porque no todos lo comerán ni lo beberán.

Ojos que se ofrecen en memoria; ojos que recuerdan y son recordados; ojos que se entregan.... SEÑOR, mi mirada en tu corazón y tu mirada en el mío. (Lc 22, 19-20)