ABRIL 10

Hubiera yo desmayado, si no creyese que veré la bondad de Jehová en la tierra de los vivientes. Aguarda al SEÑOR; Esfuérzate, y aliéntese tu corazón; ¡Sí, espera en el SEÑOR! Salmo 27:13-14
Si no hubiera sido por su fe en Dios, su corazón hubiera desmayado. Pero en la confiada seguridad en Dios que da la fe, nos insta a una cosa por sobre todas las demás: A ESPERAR EN DIOS.Una de las necesidades principales en nuestra espera en Dios, uno de los secretos más profundos de su bienaventuranza y bendición, es la convicción silenciosa y confiada de que la espera no ha sido en vano. Se necesita valor para creer que Dios oirá y enviará la ayuda. Esperamos en un Dios que jamás defraudará a Su pueblo.
"Esfuérzate y aliéntese tu corazón" Frecuentemente hallamos estas palabras en conexión con emprendimientos grandes y difíciles, ante la perspectiva de un combate contra potentes enemigos y cuando la insuficiencia del potencial humano es evidente. ¿Es tan difícil esperar en Dios que es necesario unir a esa exhortación estas palabras? "Esfuérzate y aliéntese tu corazón" Si es difícil.
La liberación que muchas veces esperamos es la liberación de enemigos ante cuya presencia somos impotentes. Las bendiciones que pedimos son espirituales invisibles. Pedimos cosas que son imposibles para los hombres: Realidades celestiales y sobrenaturales. Nuestros corazones bien podrían fallar y desmayar. Nuestra alma está tan poco acostumbrada a la comunión con Dios y Él parece esconderse.
Mientras esperamos en Él, tenemos sentimientos de culpa. Pensamos que nuestra fe es insuficiente, que nuestro deseo no es lícito, o que nuestro favor no es tan intenso como debiera ser. En medio de estas causas de temor y duda, es una gran bendición oír la voz de Dios: "Aguarda al SEÑOR, esfuérzate y aliéntese tu corazón. ¡Si espera en el SEÑOR!" ¡Que nada en el cielo, la tierra o el infierno te impida esperar en Dios con la plena seguridad de que no puede ser en vano tu espera. - Andrew Murray"
No confían en ningún Dios aquellos que no confían sólo en Dios. El que está con un pie sobre la roca y otro sobre la arena movediza va a perecer como si tuviera los dos pies en ésta. ¡Está quieta, alma mía! Sométete completamente, permanece inmóvil, confía con paciencia. Sé como tu SEÑOR, vence con resistencia pasiva de paciencia victoriosa; sólo puedes conseguirlo cuando estás persuadido interiormente de la presencia de Dios y cuando esperas solamente en Él. La fe sin mezcla no desmaya." C.H.S "Aguarda al SEÑOR, esfuérzate y aliéntese tu corazón. ¡Si espera en el SEÑOR!"